Fútbol de estrellas, millones, negocios y poder

Mauricio Coccolo

En la nueva normalidad, el fútbol vive un momento único fuera de las canchas. Todavía no se cerró, pero el del 2021 será recordado como el mercado de las transferencias de las estrellas: Messi, Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo y Mbappé.

Tres de los futbolistas más importantes del mundo tuvieron sus novelas. Lo trascendente no son las cifras de los traspasos si no los cambios simbólicos que provocaron.

La salida de Messi del Barcelona, después de una vida, no solo produjo un cimbronazo en el club y en La Liga, también puso en los ojos del mundo, como nunca, al campeonato francés. París se convirtió en el centro del fútbol mundial.

Curiosamente, después de una década invirtiendo petrodólares, los jeques qataríes consiguieron lo que buscaban con muy poca plata: sumaron a Messi, Ramos, Donnarumma y Wijnaldum sin poner un euro y pagaron módicos 60 millones por Hakimi.

Todas las luces se quedaron con la incorporación de Messi, pero la llegada de Sergio Ramos también fue un impacto fuerte. El histórico capitán del Real Madrid cambió de camiseta a los 35 años y promete ser uno de los referentes del nuevo PSG de la play.

Con menos repercusión, Donnarumma y Wijnaldum son dos refuerzos de altísima jerarquía para Pochettino. Donnarumma tiene apenas 22 años y es el arquero de la Italia campeona de Europa. Mientras que Wijnaldum ya demostró que es uno de los mejores volantes del mundo.

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La transferencia de Cristiano Ronaldo no llama la atención por su salida de Juventus, sino por su destino: Manchester United. Duró algunas horas el rumor de que el portugués podía pasar al City, pero la bomba fue rápidamente desactivada.

Al final, Cristiano cumplió su palabra, había dicho que nunca jugaría en el rival de la ciudad y volverá a ponerse la camiseta de los Diablos Rojos. Ya se lo había advertido Solskjaer, su nuevo técnico: si jugaste en el United no podés cambiar de vereda.

En el medio de las idas y vueltas de los pases, el azar metió la cola y puso al PSG en el mismo grupo que el City en la Champions. Choque estelar, duelo de nuevos millonarios, grandes jugadores, promesa de partidazo, todos los condimentos del nuevo fútbol global.

Cuando la UEFA oficialice el programa de partidos de la Champions 21/22, la fecha más buscada será la de los cruces entre Manchester City y Paris Saint-Germain. En distintos husos horarios, el mundo se paralizará durante 90 minutos.

Desde hace años, el nuevo fútbol tiene audiencias globales. Millones de personas, desde todos los rincones del planeta, a través de diferentes plataformas y dispositivos, coinciden para consumir el mismo evento. Lo global termina comiéndose a lo local.

El equipo soñado que armó el PSG generó rispideces antes de salir a la cancha. Ningún vestuario tiene lugar para tantos egos. En la conferencia de presentación de Messi uno de los temas secundarios fue qué pasaría con Kylian Mbappé.

La última joyita del fútbol francés, campeón del mundo con su selección y figura ascendente del París, quedó en un segundo plano ante el arribo del mejor jugador del mundo. El jeque Al-Khelaïfi dijo que Mbappé ya no tenía excusas para irse, pero…

En la semana previa al posible debut de Messi, la noticia en París fue Mbappé. Leonardo, director deportivo del club, le abrió las puertas aunque también le puso condiciones. Real Madrid apareció en el horizonte, pero al parecer no traía en los bolsillos los euros suficientes.

Rápidos, los medios españoles empezaron a hablar de una recepción “galáctica” para Mbappé. La vuelta del histórico apodo del Real Madrid no suena casual en un momento en el que los merengues tienen competidores muy fuertes pescando en las mismas aguas.

Desde la cima de las ligas, los clubes de la Premier no se anduvieron con chiquitas a la hora de sacar la billetera. El City rompió todos sus récords poniendo 117 millones por Grealish, el Chelsea pagó 115 por Lukaku, el United puso 85 por Sancho y 40 por Varane.

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Entre los argentinos, Cristian Romero se convirtió en el defensor nacional más caro de la historia después de que el Tottenham pagara 50 millones, más 5 en variables, por su pase. Además, De Paul llegó al Atlético de Madrid por 35 millones y Montiel al Sevilla por 10.

No entra en los rankings porque no movió dinero, pero la transferencia de Sergio Agüero está entre las top del mercado. El Kun se fue del City como ídolo y llegó a Barcelona para cumplir el sueño de jugar con su amigo Messi, pero… pasaron cosas.

Todavía quedan algunas horas para el cierre del libro de pases en Europa y todo puede pasar. Además, apareció otra noticia en el centro de la escena: las ligas más importantes no dejan viajar a sus jugadores para disputar las Eliminatorias.

Sudamérica es el continente más afectado por la decisión que tomaron Inglaterra, Italia, España y Portugal. Pintada, la FIFA muestra las hojitas de los reglamentos y amenaza con sanciones, mientras logra una tibia adhesión de la liga francesa.

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El apoyo francés, aunque con reservas, a la postura de Infantino se explica por la presencia de los qataríes, que se beneficiaron con la vista gorda del fair play financiero y además son socios de la FIFA en la organización del próximo mundial.

Nada parece casual. Desde que explotó el “FIFA Gate”, impulsado por el FBI, Infantino trasladó el centro del poder del fútbol de Europa a los Estados Unidos y ahora los dueños de la plata le están pasando las facturas.

Está bravo el mar del fútbol mundial, con oleadas amenazantes y vientos cruzados. Estrellas, millones, negocios, poder, política y mientras tanto la pelotita sigue ahí, siempre ahí, en el centro de la cancha esperando por el puntapié inicial.