Un estudio de la Universidad de Bar-Ilan de Israel investigó acerca de lo que ocurre cuando sentimos sueño y porqué es importante tomarnos un tiempo de descanso cuando eso ocurre.

El trabajo estuvo a cargo de Lior Appelbaum que es profesor del Centro de Investigación Multidisciplinar del Cerebro Gonda y del doctor David Zada.

Mientras más tiempo permanecemos despiertos, más aumenta lo que se denomina presión homeostática del sueño, lo que nos dan ganas de dormir. La única manera de poder regular esta presión es dando lugar al descanso. No escuchar esa presión y no dormir puede causar un daño en el ADN de las neuronas, lo que podría provocar que la persona se duerma automáticamente sin control.

Existe una proteína que es la encargada de decirle al cerebro que necesita descansar, lleva el nombre de PARP1. Esta señala los sitios dañados de ADN dañados y recoge lo necesario del sistema para poder repararlo, mediante el sueño.

El estudio se hizo sobre los peces cebras, que tienen neuronas que actúan muy similares a las humanas, y para profundizarlo investigaron también sobre ratones. El especialista Yuval Nir de la Universidad de Tel Aviv determinó que "“Las vías de PARP1 son capaces de señalar al cerebro que necesita dormir para que se produzca la reparación del ADN”.

La investigación también determinó la importancia del sueño, ya que a medida que más tiempo se pasa despierto,  aumenta la dinámica de los cromosomas y se necesita un periodo de descanso aún mayor .

El trabajo de Lior Appelbaum y David Zada logró explicar el vínculo de las alteraciones del sueño con los trastornos neurodegenerativos y el envejecimiento.