Julieta, la niña que se carteaba con Carlos Monzón

Julieta Gómez Martí, tiene 43 años, es abogada, profesora y árbitra de boxeo, pero la serie televisiva sobre la vida de Carlos Monzón volvió a poner la atención sobre ella, que siendo una niña, le enviaba cartas al campeón mundial y éste le respondía desde la cárcel.

El boxeador argentino alcanzó el título de campeón mundial de la categoría mediano, entre los años 1970 y 1977, realizando 14 defensas exitosas.

El 14 de febrero de 1988 mató a su segunda esposa, Alicia Muñiz, hecho por el que fue condenado a 11 años de prisión por homicidio simple, dado que, por ese entonces, no existía la figura del femicidio.

Falleció en 1995, en un accidente automovilístico, durante una salida transitoria, qu, había obtenido en el marco de su sentencia.

"Tenía 12 años y me sorprendió mucho la tapa de Gente con Alicia muerta, actué desde la compasión, me decidí a escribirle (con la aprobación de sus padres) y nuestra amistad duró hasta el día que falleció", contó Gómez Martí a Cadena 3.

Relató, además: "Tengo 50 respuestas entre 1989 y 1994, hubo todo un proceso en mí y en él, primero era un Carlos Monzón esperando su juicio en Batán y luego un Carlos Monzón próximo a la libertad, dando clases de boxeo en el gimnasio de la cárcel de Santa Fe".

"Le escribía desde las vivencias de una nena que terminaba la primaria y le gustaba el boxeo, pero no había mujeres boxeadoras todavía en Argentina, mi día a día, y como involucraba la temática de Monzón a los distintos trabajos que me tocaron hacer en la facultad, donde se estaba construyendo la visión de género", narró.

Sobre lo que el púgil le manifestaba, indicó: "Me respondía como un tío o primo que no veo, me decía que estudie, que era muy difícil la vida sin estudio, yo le insistía con que quería ser boxeadora y me contestaba que estudiara".

Ya en los '90, Julieta le comentó que junto a su familia habían podido comprar su propio departamento, y él le contó que sabía lo que era no tener una casa propia y cómo, gracias al boxeo, hizo su vivienda.

Quien en ese momento era una adolescente le narraba al boxeador su vida cotidiana, como las pizzas que hacía su papá y estaba la idea de juntarse a comer.

"Cuando se fue a Santa Fe me dio el número de teléfono para que lo llamara cuando quiera, lo estábamos proyectando, pero no se dio;(...) las cartas eran algo muy preciado, había una construcción desde la espera, desde la ternura; le habré hecho compañía en esos momentos tan dolorosos", reflexionó.

"En las primeras cartas él quería la paz para Alicia, después era más el día a día, lo cotidiano; las primeras cartas me llegaban con sus iniciales, creo que para cuidarme, cuando me acercaba a los 18 años empezó a poner 'Carlos Monzón', ahora analizándolo pienso que él en algún punto me cuidó y se cuidó", reveló.

Las misivas desde la prisión fueron escritas por Monzón entre el 8 de marzo 1989 y diciembre 1994, un mes antes de morir.

A la distancia, Julieta siente nostalgia por la niña que fue y destaca "la construcción de género que pudimos lograr, las leyes que tienen las mujeres hoy en día y que podemos recurrir a una organización para que nos contenga en caso de agresión física o psicológica".

"El cuerpo de Alicia marcó un antes y un después para nosotras, empezó a haber una construcción jurídica, legislativa y social muy importante", subrayó.

Sobre su vínculo con Monzón, expresó: "No me arrepiento, yo actué desde la inocencia de los 12 años, desde la compasión pude acompañar a alguien en un momento bastante difícil; en ese momento no se sabía lo que era la violencia de género, hubo una evolución para todos, incluso para Carlos Monzón, no hubo nada malo en esa relación".

"Todos crecimos a partir del caso Monzón y hay un repudio total al femicidio", concluyó.

Entrevista de Ivana Ferrucci.