Francisco tuvo dos crisis respiratorias agudas

La salud del papa Francisco, internado en el hospital Gemelli, volvió a dar un giro preocupante tras dos días de estabilidad clínica: sufrió dos crisis respiratorias agudas que lo obligaron a retomar la ventilación mecánica no invasiva.

Esto significa un retroceso significativo respecto a los avances reportados el domingo, cuando había dejado de depender de este dispositivo.

Según el parte médico difundido por el equipo que lo atiende, poco antes de las 19 hora de Roma, “el Santo Padre ha presentado hoy dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda, provocados por una importante acumulación de moco endobronquial y el consiguiente broncoespasmo”.

Para tratar estas complicaciones, se realizaron dos broncoscopias que permitieron aspirar abundantes secreciones.

Por la tarde, se decidió reanudar la ventilación mecánica no invasiva, utilizando nuevamente el aparato con máscara que cubre nariz y boca.

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El informe destacó que, a pesar de la gravedad, “el Santo Padre siempre se ha mantenido vigilante, orientado y colaborador”, aunque el pronóstico continúa siendo “reservado”.

Este nuevo episodio encendió nuevamente las alarmas en el Vaticano y entre los fieles de todo el mundo.

Por la mañana, el vocero papal, Matteo Bruni, había ofrecido un mensaje esperanzador al afirmar que Francisco “ha descansado bien toda la noche”. Fuentes vaticanas habían sugerido que el Papa había tenido un mejor reposo tras el parte del domingo, que indicaba una mejora: el pontífice había pasado de la ventilación mecánica a cánulas nasales de alto flujo de oxigenación, un método menos invasivo.

Sin embargo, este lunes la situación cambió drásticamente, lo que evidencia la fragilidad de su estado mientras sigue luchando contra una neumonía.

A pesar de su delicada condición, Francisco, de 88 años, no ha dejado de lado su labor pastoral.

Desde el policlínico Gemelli, envió un mensaje a los participantes de la asamblea general de la Pontificia Academia para la Vida, reunidos bajo el lema “¿Fin del mundo? Crisis, responsabilidad y esperanzas”.