Crisis en los hoteles alojamiento: "Tienen certificados de defunción"

La situación de los hoteles alojamiento en Rosario atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente. Así lo advirtió Ángel Annoni, dueño del tradicional motel Las Brujas, con 55 años de presencia en la ciudad. En diálogo con Viva la Radio por Cadena 3 Rosario, el empresario describió un panorama preocupante: caída en la demanda, altos costos operativos, competencia informal y cambios culturales que modificaron por completo los hábitos de las parejas y de los jóvenes. En los últimos meses, cinco establecimientos de Rosario y la región bajaron definitivamente la persiana ante la imposibilidad de sostener los gastos.

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Annoni fue categórico al afirmar que “la actividad está en crisis, no el sexo”, diferenciando el fenómeno social del funcionamiento de los albergues transitorios. Según detalló, la mayor permisividad de los padres, la proliferación de departamentos por hora ofrecidos a través de aplicaciones, y la transformación de hoteles turísticos no habilitados para funcionar de manera transitoria, provocaron una caída sostenida en la concurrencia. “Hubo un deterioro permanente; estos cambios culturales hacen que los establecimientos tengan directamente un certificado de defunción”, sentenció.

El impacto económico también juega un rol decisivo. Mantener un motel requiere personal disponible las 24 horas, tareas de limpieza permanentes y acondicionamientos constantes. A esa estructura se suma la necesidad de invertir en mejoras para competir con otros espacios: habitaciones temáticas, departamentos amplios, hidromasajes, pantallas gigantes y ambientaciones especiales. “Cuando pudimos, hicimos grandes reformas. Hoy solo podemos mantener”, admitió Annoni.

A diferencia de lo que muchos suponen, gran parte de la clientela está compuesta por matrimonios y parejas estables que buscan privacidad y un corte con la rutina familiar. En fechas especiales como Navidad y Año Nuevo se registra un leve incremento, aunque el empresario explicó que incluso esas jornadas muestran menos movimiento que años atrás. Las tarifas arrancan en los 55 mil pesos la hora y aumentan según el tipo de habitación o departamento elegido.

Pese al sombrío escenario, Annoni intenta mantener el optimismo, aunque no oculta la gravedad del panorama. Señala que en Buenos Aires la situación es aún peor, con entre 60 y 70 hoteles cerrados en los últimos años, muchos de ellos reconvertidos en torres por el valor del terreno. “Nosotros seguimos remando y mirando hacia adelante, pero los factores alrededor plantean otra cosa”, lamentó. Mientras tanto, en Rosario el sector funciona “a media asta”, buscando sobrevivir a una crisis que amenaza con profundizarse.

Entrevista de Lucas Correa.