La mitad de los chicos termina la escuela con sobrepeso

Cifras preocupantes

La mitad de los chicos termina la escuela con sobrepeso

23/03/2019 | 10:34 |

Uno de cada tres empieza primer grado con este problema. "Los chicos tienen las mismas actitudes alimenticias y sedentarias que sus padres", dijo a Cadena 3 Sandra Sator, nutricionista especializada.

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La obesidad es uno de los principales problemas en la población Argentina. Según la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE), uno de cada tres chicos comienza la escuela con exceso de peso. Esta porción, lejos de achicarse con el paso del tiempo, se agranda: la mitad de los chicos padece exceso de peso al finalizar sexto grado.

"La obesidad es una de las enfermedades más complejas etiológicamente hablando. Los niños que viven en un entorno adultos que tienen actitudes sedentarias, copian esas mismas herramientas", explicó a Cadena 3 Sandra Sator, (M.N:1352) docente de la UNC y nutricionista de Conciencia, Centro Especializado en Obesidad y TCA.

En 2012, el 28,6% de los estudiantes de 13 a 15 años presentaba obesidad y el 5,9% sobrepeso. Esto marca un ascenso con respecto al registro anterior de 2007, cuando los porcentajes eran de 24,5% y 4,4% respectivamente.

En los próximos meses se conocerán los resultados de la última edición cuyo trabajo de exploración finalizó en 2018.

Otro informe publicado este año, basado en el reporte de datos antropométricos de un subgrupo de niños, niñas y adolescentes (NNyA) de 0 a 19 años beneficiarios del Programa SUMAR, que realizaron consultas entre 2014 y 2016 en el sector público, determinó que el 34,5% tenía sobrepeso y obesidad.

"Nosotros tenemos algunas estimaciones de las últimas encuestas casi el 25% de la población adulta tiene obesidad. Tener un cuarto de la población adulta enferma es un problema", expresó.

Para la especialista, el problema de la obesidad en los niños tiene mucho que ver con el "contexto" y la alimentación de los niños en sus primeros meses de vida.

"No sólo tiene que ver con el entorno familiar y lo que pasa en las escuelas. Hay una gran trascendencia a la alimentación de la madre durante el embarazo y en los primeros 1.000 días de vida del niño. Es importante que la familia se siente a cenar y almorzar, a hacerlo sin una pantalla al frente. Si les enseñamos a los niños a gestionar sus emociones, a que comer no te saca el aburrimiento, los ayudamos", dijo Sator.

A partir de las alarmantes cifras, la secretaría de Salud y el ministerio de Educación emitieron un documento con recomendaciones para avanzar en la regulación de la alimentación en comedores y kioscos y para promover la actividad física.

"Mi experiencia sobre las intervenciones en las escuelas no fueron muy buenas. No es fácil modificar la comida en el colegio si el niño no está acostumbrado a comer, por ejemplo, verduras. Cuando a ese niño le ofrecen verduras en las escuelas, no come".

Para Sator, una buena estrategia en esta situación es implementar el "paternalismo asimétrico", que consiste en no suprimir las comidas con mucha densidad calórica, sino facilitar y ofrecer la de menos densidad.

"Es una enfermedad multicausal. No se puede echar la culpa sólo a la mala alimentación o al sedentarismo. Hay un cambio en nuestros hábitos que es muy profundo. Por ejemplo: dormimos mal. Los niños tienen tele en su pieza o se van con las pantallas a la cama, eso genera una privación crónica del sueño que es una causa muy importante en el peso y la salud emocional", dijo.

Por último, la especialista se refirió a lo importante que es que los chicos aprendan a "gestionar sus emociones". "No tiene que tapar los sentimientos con comida, ni con dibujos animados. No es simple pero los niños tienen que ser educados en manejar las emociones", explicó.

Entrevista de "Una mañana para todos".