Quiso ligarse las trompas pero dos hospitales se lo negaron

Anticoncepción quirúrgica

Quiso ligarse las trompas pero dos hospitales se lo negaron

27/03/2019 | 22:21 |

"En caso de un embarazo podría desgarrarse mi útero y yo morir desangrada", contó a Cadena 3 Luisina Barraud, quien padece de síndrome de Ehlers Danlos, una condición que afecta el tejido conectivo.

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Una mujer cordobesa, Luisina Barraud, de 27 años, quería realizarse una ligadura de trompas pero dos centros de salud privados de San Francisco se negaron a realizar el procedimiento, alegando objeción de conciencia.

Tanto la clínica Enrique José Carrá como el Sanatorio Argentino rechazaron el pedido de la joven, a pesar de que sufre una enfermedad genética que podría poner en riesgo su vida, en caso de quedar embarazada.

En la clínica Carra, la médica que la atendió le preguntó reiteradamente si estaba segura, qué haría si se arrepentía, y acerca de la opinión de sus padre y pareja.

En el segundo hospital, luego de explicar lo sucedido a otra médica, le pidieron que se levante y se fuera, y le dijeron que simplemente se trababa de "la moda de los pañuelos verdes". Además, le informaron que no había otro ginecólogo allí que no fuera objetor de conciencia.

"Durante toda mi vida tuve muchas complicaciones, recién en 2017 pudieron diagnosticarme. Tengo síndrome de Ehlers Danlos, que afecta al tejido conectivo. Mi colágeno es de mala calidad así que mis articulaciones, mis órganos y mis músculos no funcionan", contó Barraud a Cadena 3.

Y explicó: "En palabras de una de las bromatólogas que me diagnosticó, en caso de un embarazo podría desgarrarse mi útero y yo morir desangrada".

Además de la anticoncepción oral, consideró utilizar un dispositivo intrauterino (DIU), pero profesionales le recomendaron que no lo hiciera, ya que el aparato podría desgarrarle las paredes del cérvix.

"Mi estado de salud es muy pobre y el riesgo de vida es muy real. Por más que se me diera la opción de implantar mis óvulos en el vientre subrogado, es casi seguro que le heredaría mi enfermedad a un niño, y eso no es algo con lo que yo quiera vivir", señaló.

En ese sentido, ahondó: "Es una condena previa a lo que sé que va a pasar, porque mi día a día no es fácil. Levantarme todos los días es muy complicado, vivo con mucho dolor, muy fatigada. Me cuesta incluso rendir los exámenes en la facultad porque me cuesta escribir a mano".

"Sé lo que es pasar por esto. No podría, por un capricho ni por el mandato social de que los hijos tienen que ser de uno, heredarle esto a otra persona. Me parecería muy egoísta", completó.

"La cirugía está programada, para dentro de poco. El único médico que conseguí que no fue objetor de consciencia trabaja en el ámbito privado y en el público. Como en el privado la clínica me lo negó, me derivó él mismo. Como tengo obra social me parecía injusto ocupar el espacio que podría necesitar otra persona, pero no tengo otras opciones", concluyó Barraud.

Un pedido amparado por la ley

La solicitud de Barraud no es descabellada: la ley 26.130, de 2006, denominada "de Anticoncepción Quirúrgica", garantiza el acceso a la ligadura tubaria y a la vasectomía como un derecho de todas las personas y, al tratarse de una norma nacional, no requiere adhesión de las provincias.

Cualquier persona mayor de 18 años puede requerir, tanto en el sector público como en el privado, que se le practique la cirugía correspondiente, previa la firma de un consentimiento, sin necesidad de hacerse una evaluación psicológica.

Entrevista de Turno Noche.