River tenía depositado los goles en el banco de suplentes

River Plate logró su primera victoria en este campeonato como visitante, y lo hizo gracias a una serie de cambios que transformaron no solo su nivel de juego, sino también la dinámica del partido.

El gol de Miguel Borja, quien ingresó en lugar de Colidio, desató un encuentro que, en la primera mitad, tuvo a San Martín de San Juan como protagonista. El equipo sanjuanino impuso su estilo, marcado por un compromiso intenso, una presión optimizada y un roce constante que neutralizó las posibilidades de River de realizar dos pases seguidos. 

En este contexto, River, con una mitad de cancha desdibujada, no encontró respuestas ni en Simón, ni en Meza, ni en los delanteros chilenos Tapia y Colidio. 

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La lucha en un campo en mal estado y bajo temperaturas extremas, con una sensación térmica de alrededor de 40 grados, se convirtió en el escenario de un primer tiempo casi sin fútbol, donde San Martín llega con más claridad al arco de Armani.

La segunda mitad trajo consigo un cambio de aire. La entrada de Borja, seguida por la de Mastantuono, le otorgaron a River una nueva dinámica. Aunque la duda persistió sobre si San Martín podía mantener su nivel de entrega física durante los 90 minutos, cuando el equipo sanjuanino aflojó, River aprovechó. 

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La conexión entre Borja y el "Pity" Martínez se convirtió en crucial; una asistencia precisa del "Pity" permitió que Borja defina antes de la salida del arquero, estableciendo el 1 a 0. Este gol trajo tranquilidad a River, que comenzó a encontrar espacios y a mostrar un poco más de juego, con Meza y Mastantuono contribuyendo al desarrollo ofensivo.

Mastantuono, que se convirtió en el héroe del partido, anotó el segundo gol tras una jugada colectiva bien elaborada, culminando con un toque sutil que coloca el balón contra el palo. A partir de este momento, el partido fue sentenciado. 

San Martín, a pesar de realizar cambios como el ingreso de Sebastián González, no logró sostener la intensidad ni la presión del primer tiempo. La falta de elaboración y potencia ofensiva se hizo evidente, y aunque tuvo algunas aproximaciones al arco de Armani, no logró concretar. La defensa de River, liderada por Montiel, Martínez Cuarta y Paulo Díaz, demostró solidez, con Armani destacándose en el arco.

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En este contexto, es importante resaltar la actuación de Enzo Pérez, quien, a sus 39 años, sigue demostrando su jerarquía.

 A pesar de la victoria, River tiene mucho por mejorar. La firmeza defensiva es un punto alto, pero la falta de conexión en el mediocampo y en la delantera sigue siendo una preocupación. El primer tiempo de San Martín es un recordatorio de que no se puede subestimar a ningún rival, mientras que el segundo tiempo muestra que River tiene las herramientas necesarias para revertir situaciones adversas.

En conclusión, River Plate se llevó una victoria que, aunque celebrada, debe servir como un llamado a la reflexión. La capacidad de reacción en el segundo tiempo es un buen signo, pero el primer tiempo no debe ser olvidado. River ganó porque supo aprovechar los goles y el fútbol que tenía en el banco de suplentes, y es evidente que, si bien se avanza, el camino hacia la consistencia y la solidez aún tiene tramos por recorrer.