Curiosidades y locuras coperas
Curiosidades y locuras coperas

Argentinos y brasileños van por todo

Curiosidades y locuras coperas

05/10/2018 | 18:22 |

Sólo quedan cuatro de los 47 equipos que iniciaron una particular edición de la Copa Libertadores. Las semifinales se darán entre colosos del continente.

Diego Borinsky

Sólo quedan 4 de los 47 equipos que iniciaron esta edición 2018 de la Copa Libertadores de América y en la Conmebol brindan a cuatro manos (o copas) porque en cada una de las semi se darán duelos entre argentinos y brasileños, los colosos del continente. Y no cualquier argentino y cualquier brasileño, sino los dos equipos más grandes de nuestro país y dos de los más pesados de las dos ciudades más futboleras del vecino: San Pablo y Porto Alegre.

Antes de iniciarse los octavos de final, escribíamos lo siguiente en este espacio: “Si hubiera que apostar por el país en que terminará quedándose la Copa, uno tendrá grandes chances de éxito si se inclina por Brasil o Argentina. En principio, porque hay 6 representantes de cada uno de los gigantes del continente entre los 16 postulantes. Luego, porque de las últimas 9 ediciones, 8 se repartieron entre equipos brasileros (5) y argentinos (3), con un colombiano (Nacional) para completar”.

Bien, no había que ser un apostador arriesgado para acertar con el pronóstico. Brasil arrancó esta edición con 8 equipos (7 cupos más Gremio, campeón de la Libertadores) y Argentina lo hizo con 7 equipos (6 cupos mas Independiente, campeón de la Sudamericana). Quedó eliminado un equipo de cada país en las fases iniciales (Banfield y Chapecoense) y uno solo de Brasil y ninguno de Argentina en la fase de grupos (Vasco Da Gama). De los 6 y 6 que iniciaron los octavos ahora nos encontramos con 2 y 2 en semifinales. Y encima, con cruces mixtos en semis. Nadie podría haberlo diseñado mejor.

Los dos equipos brasileños arribaron a semis superando con holgura las llaves de cuartos de final, ganando primero de visitante y definiendo de local sin demasiado esfuerzo. Gremio lo hizo tras imponerse a Atlético de Tucumán 2-0 en Argentina y 4-0 en Porto Alegre y Palmeiras luego de superar 2-0 a Colo Colo en Chile y repitiendo el resultado en San Pablo. Es decir: 6-0 y 4-0 en el global para ambos. A River y Boca les costó un poco más pero tampoco terminaron apretados en las cifras: 3-1 para ambos en el global.

Pues bien, los hinchas de River y de Boca empiezan a sentir que se les aceleran los latidos. Algunos ya caminan por las paredes y otros quieren irse a vivir a Tanzania. Claro, se empiezan a imaginar lo que puede ser un superclásico en la final. Antes, por supuesto, habrá dos semifinales bravísimas. Los dos equipos brasileños son muy buenos.

De hecho, Gremio es el campeón, mantuvo la base (salvo Arthur, que se fue al Barcelona), al DT ídolo (Renato Gaucho) y en esta Libertadores su campaña es excelente: 7 triunfos, 2 empates y sólo 1 derrota (ante Estudiantes en la cancha de Quilmes), con 22 goles a favor y 5 en contra. Palmeiras, por su parte, que ya venció a Boca en la fase de grupos, suma 8 triunfos, 1 empate y sólo 1 derrota (con Cerro Porteño en la vuelta de octavos, tras ganar 2-0 la ida), con 20 goles a favor y 4 en contra. 

River es el único invicto hasta aquí, con 5 triunfos y 5 empates, pero con bastantes menos goles convertiros que los brasileños (12) y con una cifra similar en los recibidos (4). Boca ganó la misma cantidad de partidos que River (5) pero perdió 1, justamente ante el Palmeiras. Ha convertido más goles que River y menos que los brasileños (17) pero es al que más le han convertido de los cuatro (7). Por otro lado, ambas semifinales se definirán en Brasil. Es decir: no será para nada sencillo que River y Boca superen la barrera de semis. Para cerrar, desde lo exclusivamente matemático, hay 4 finales posibles: 1) Gremio-Palmeiras; 2) Gremio-Boca; 3) River-Palmeiras y 4) River-Boca. Es decir, en términos probabilísticos, es 1 de 4, 25 por ciento de chances. Pero al mismo tiempo, estamos a un solo paso de un River-Boca que no se dio nunca en la historia, y tiene su lógica que el hincha ya comience a palpitarlo. O a sentir palpitaciones, que parece lo mismo pero no lo es.

Es curioso, pero fue el propio Palmeiras el que dejó con vida a Boca en esta Copa. Recordemos que en la última jornada de la fase de grupos, para pasar a octavos, Boca necesitara ganarle a Alianza Lima en la Bombonera (lo hizo con suma comodidad por 5-0) y que Junior no venciera a Palmeiras en Brasil. Se especuló en ese momento con que a los brasileños le convenía dejarse ganar (actitud que se riñe con el espíritu del deporte y que fustigamos) para sacarse de encima a un posible rival complicado en los mata-mata.

Pues bien, Palmeiras honró su moral, le ganó 3-1 al Junior y le permitió pasar de ronda a Boca. Ahora se verán en semifinales. Algo similar ocurrió en la edición de la Libertadores 2015, cuando River necesitaba de una mano de Tigres de México en el cierre del grupo, que no perdiera ante Juan Aurich en Perú, para tener la chance de clasificar. Los mexicanos hicieron lo que correspondía, ganaron 4-3, River venció en su compromiso a San José de Oruro y terminó entrando a octavos por la ventana, con inéditos 7 puntos. El final de la historia es más que conocido: River y Tigres se vieron en la final y el equipo de Gallardo se terminó coronando campeón.

Palmeiras es un viejo conocido de Boca. Además de más de una decena de amistosos disputados entre ambos a partir de la década del 40, en el campamento xeneize no olvidan la humillación del 6-1 que le propinó el Verdao al equipo dirigido entonces por el Flaco Menotti en la Libertadores de 1994.

Desde el otro lado, jamás han podido digerir aún las dos eliminaciones consecutivas que les propinó el Boca de Bianchi. Y no en cualquier instancia. En la final del 2000, después de igualar 2-2 en la Bombonera y 0-0 en el Morumbí, para imponerse por penales gracias al último disparo del Patrón Bermúdez. Y en el 2001, en semifinales, otra vez con la misma secuencia (como ocurrirá ahora): 2-2 en la Bombonera primero y 2-2 en Parque Antárctica después (cambiaron de estadio pero no de vencedor) y Boca otra vez se impuso por penales. Como curiosidad adicional, en la edición del 2000, el entrenador del Palmeiras era Luiz Felipe Scolari, el viejo y querido Felipao, que hoy nuevamente es el entrenador del Verdao desde los octavos de final de esta Copa. Felipao ya alzó dos veces la Libertadores como entrenador: en 1995 con Gremio y en 1999 con Palmeiras (dos de los semifinalistas).

Del otro lado de la llave se dará un duelo muy particular: el de dos entrenadores que ganaron la Libertadores como jugador y como entrenador. Es un grupo muy selecto de 8 integrantes el que incluye a esos privilegiados: Bocha Maschio, Pipo Ferreiro, Luis Cubilla, Juan Martín Mujica, el Pato Pastoriza, Nery Pumpido. Y por supuesto, los dos que se enfrentarán en estas semis: Renato Portaluppi, más conocido como Renato Gaucho, y Marcelo Gallardo. Además, lo lograron en un mismo club, el club donde son Gardel, Le Pera y los guitarristas. Renato con Gremio en 1983 (jugador) y 2017 (DT) y Gallardo con River en 1996 (jugador) y 2015 (DT). Ambos van por la tercera.

Ya están las fechas exactas de las semifinales: River jugará los martes 23 y 30 de octubre a las 19.30 ambos partidos, mientras que Boca lo hará los miércoles 24 y 31 a las 21.45. Pero atención, aquel hincha de River o de Boca que crea que su corazón puede llegar a explotar antes de una hipotética final, le agregamos un dato que cuesta entender: aunque todavía no se puntualizaron los días de ambos partidos, sí se sabe que entre la ida y la vuelta de la final habrá 3 semanas de diferencia. Andará por el 7 y 28 de noviembre. Es el broche de oro para una increíble Conmebol en una edición en la que todo le salió mal.