Liliana González, psicopedagoga experta en niñez (Audio)

Relaciones familiares

Liliana González: "Los hijos cómodos son de padres cómodos"

19/01/2020 | 14:36 | Así lo expresó la psicopedagoga en diálogo con Cadena 3. Explicó que los jóvenes "viven en una vorágine de diversión y consumo" y opinó que "necesitan padres, no amigotes". Más detalles, en la nota.

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Liliana González, psicopedagoga experta en niñez (Audio)

En medio de un contexto de desconexión entre padre e hijos, y ante el desconcierto de aquellos por entender a los más chicos, la psicopedagoga Liliana González habló con Cadena 3 y opinó que “los hijos cómodos son de padres cómodos”.

A raíz de un artículo de Luciano Román titulado “La generación de los hijos cómodos”, la experta en niñez coincidió con el columnista: “Estoy totalmente de acuerdo, si bien está focalizado para una clase media. En las clases más marginales o más pobres los chicos están acostumbrados a colaborar y hasta a trabajar, a veces”.

En ese sentido, habló desde su experiencia: “Lo vi en el consultorio la semana pasada: un paciente, que empezó a hablar recién a los cuatro años por problemas específicos del lenguaje, contó ‘yo creo que soy independiente, autónomo y responsable porque aprendí a hablar tarde. Como no podía pedir agua –porque no me salía- iba y me la buscaba solo’”.

“Los hijos cómodos son de padres cómodos, que tienen poca tolerancia a los berrinches, al llanto, la pelea, la discusión. Prefieren decir que sí y hacer todo ellos con tal de evitar el problema. Cuando el problema aparece, le dan un celular y con eso lo tranquilizan”, explicó.

Y se explayó: “La comodidad significa la no autonomía: pierden el placer de hacer algo por ellos mismos, la alegría de ver a una mamá feliz si ponen una mesa de sorpresa. Parecen herederos forzosos: han venido a la vida para heredar, para seguir con lo que los padres hicieron pero con poca iniciativa, poco emprendimiento, poca autonomía”.

El problema, apuntó González, “es que creen que la vida es la vida es divertida, se aburren fácilmente y están como en una vorágine de diversión y consumo”.

El rol de la escuela ayer y hoy

Acerca de las instituciones escolares, la experta opinó que “siempre tienen que plantarse frente al alumno de hoy. La escuela de ayer no funciona con el niño de hoy. Si sigue pensando que los niños van a estar quietos mirando el pizarrón, eso no funciona”.

“La escuela dejó de ser el lugar donde los chicos van a buscar información, ellos saben que está en Google. Lo que tiene que hacer es incomodarlos, promoviendo investigaciones, competencias intelectuales, que lo del martes no se parezca al lunes”, sentenció.

Sobre el rol de los maestros, detalló: “Los docentes deberían elaborar buenas guías de investigación interdisciplinaria. Tenerlos sentados recibiendo información para después reproducirla lo más parecido posible, esa es la escuela enciclopédica, a la que uno iba porque tenía información que uno no. Hoy cualquier pregunta me la contesta Google”.

“Faltan adultos que salgan de la comodidad, que vuelvan a jugar a los juegos de mesa y los estimulen a que jueguen con cosas simples

“Faltan adultos que salgan de la comodidad, que vuelvan a jugar a los juegos de mesa y los estimulen a que jueguen con cosas simples. Tienen que volver a jugar con amigos: si la calle está peligrosa los padres tenemos que salir de la zona de confort e invitar a amigos”, añadió, acerca de los padres.

La relación con los adolescentes

Al hablar de otro grupo de edad, la psicopedagoga señaló que los problemas son otros: “Influye mucho el imperativo de la juventud eterna. Muchos padres no quieren salir de su propia adolescencia y compiten con sus hijos. Se ponen en una relación simétrica sin ningún límite ni posibilidad de generación de valores. Hemos perdido la noción de ejemplaridad”.

“Yo no le puedo decir a mi hijo que no se tatúe si estoy toda tatuada, o que no tome si yo lo hago. Necesitan padres, no amigotes. Aunque ellos se rebelen contra la brújula, tiene que estar la brújula porque no son conscientes de los peligros de la calle y de la noche. Yo lo que te digo, lo hago. Duermo bien, como saludable. Esas cosas tienen que estar no solo en el discurso sino en la acción”, concluyó.

Cultura del trabajo

González se expidió acerca de la manera que tienen los jóvenes de ver el trabajo. Por un lado, destacó el emprendedorismo de los adolescentes: “Veo cómo chicos de 16 años arman proyectos, cómo venden ropa, desde su propia independencia gracias a las redes”.

Por otro, enfatizó la necesidad de los padres de dar el ejemplo: “La forma de inculcar la cultura de trabajo es esfuerzo, trabajo y sacrificio. Hay un derecho de piso que les cuesta mucho a los adolescentes: a mí me costó 30 años empezar a vivir de lo que hago. Hoy entran a un trabajo y quieren ser gerentes a los 6 meses y no es así”.

Además, dejó una última reflexión sobre la paternidad: “Algunos padres se endeudan para que los hijos tengan lo más nuevo. Cada tanto hay que decir ‘no puedo, no me alcanza’”.

Entrevista de Gustavo Vinderola e Ivana Ferrucci