Gabriela Sabatini reveló el trauma silencioso que condicionó su carrera

Gabriela Sabatini construyó una de las carreras más brillantes del deporte argentino, con títulos inolvidables y un lugar asegurado entre las grandes figuras del tenis mundial. Sin embargo, detrás de los trofeos y las ovaciones, convivió durante años con un miedo profundo que recién ahora se animó a exponer públicamente.

En una charla íntima en el canal de YouTube de Agustín Creevy, la campeona del US Open 1990 sorprendió al confesar que la exposición mediática fue una carga emocional determinante en su trayectoria. “Sabía que si llegaba a la final tenía que hablar. Pensaba en eso y a veces perdía en semifinales porque no quería enfrentar esa situación”, admitió con una sinceridad desarmante.

La presión de los micrófonos y el foco público se transformaron en un obstáculo silencioso. Sabatini explicó que siempre fue extremadamente tímida e introvertida, una característica que arrastró desde la infancia y que la llevó a trabajar durante años con psicólogos deportivos para poder sostener la exigencia del alto rendimiento. “No me gustaba ser el centro de atención”, reconoció.

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Ese conflicto interno reabre un debate histórico: por qué Gabriela Sabatini nunca llegó al número 1 del ranking mundial, pese a haber sido tercera del mundo y competir de igual a igual con leyendas como Steffi Graf, Martina Navratilova o Mónica Seles. A la distancia, el peso emocional de la exposición aparece como una de las claves que le impidieron dar el último salto.

En su relato, la extenista también habló de la soledad, la escritura como refugio personal y el impacto de las críticas periodísticas. “Leía que decían que no iba a ser número uno porque no me preparaba bien. Me indignaba”, recordó. Y cerró con una reflexión contundente: “Agradezco no haber tenido redes sociales en esa época”.

Una confesión tardía, honesta y necesaria, que vuelve a poner en primer plano la dimensión humana de una campeona eterna.