Barros Schelotto y Gallardo, en un nuevo esperado cruce

Superfinal, Capítulo 2

Los enfrentamientos históricos entre Gallardo y Guillermo

08/12/2018 | 14:32 |

River y Boca van por el máximo título de América en una esperada final en el Santiago Bernabéu de Madrid. Los entrenadores, grandes protagonistas con choques memorables. Escuchá el audio.

Mauricio Coccolo

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La final más larga del mundo por fin llegará a su fin y será de la forma menos pensada. Ninguno de los brujos que decían ser capaces de predecir el resultado se hubiese animado a tanto: la Copa Libertadores de América se definirá en… Europa. Que el estadio sea el mítico Santiago Bernabéu, en Madrid, le agrega un toque de glamour futbolero a la historia, pero no borra ni un poquito la gigante mancha de vergüenza que teñirá por siempre a esta definición.

El Superclásico más charlado de la historia puede resumirse en una serie de palabras que no necesitan explicaciones: Superfinal, ida, con las dos hinchadas, que sí, que no. Solo locales, sin visitantes. Bombonera, lluvia, se juega. Más lluvia, no se juega. Primera postergación. Partidazo, cuatro goles, Benedetto, Armani. Vuelta, Monumental, 60 mil personas. El obelisco preparado. La barra, los hinchas, el colectivo, las piedras. El ojo de Pérez. Caos, descontrol. Operativo desastroso. Se juega, no se juega. Bochorno. Domínguez, D’Onofrio, Angelici, Infantino. Pacto de caballeros. Nada de pacto. Menos de caballeros. Segunda postergación. A pelearse en los escritorios. Sanciones sí, sanciones no. Doha. Miami. Colombia. Madrid. Listo. La Conmbeol se queda con todo. Asunto cerrado.

Cómo sea, y dónde sea, la final de la Copa Libertadores entre River y Boca sigue siendo un acontecimiento tan grande que está por encima de todos los chiquitajes, por eso cuando suene el silbatazo inicial la historia los estará esperando una vez más, aunque quizás no la merezcan.

A un costadito, encerrados por las líneas punteadas de cal y sentados en bancos del primer mundo, volverán a cruzarse las miradas Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Daniel Gallardo, que estará, aunque no se lo vea.

Lejos de soñar con semejante escenario, la primera vez que estuvieron frente a frente en una cancha fue hace más de 20 años.Ambos estaban en la curva ascendente de sus carreras y formaban parte de equipos plagados de grandes figuras. Nadie podía ni siquiera olfatear que ese 25 de octubre de 1998 en el Monumental se enfrentaban quienes serían los protagonistas de la historia del futuro. No es grato el recuerdo para Gallardo porque Córdoba le atajó un penal que sirvió para mantener un 0 a 0 que a Boca, donde Guillermo empezaba a ser ídolo, le permitió marchar rumbo al título, que terminaría consiguiendo sin perder ningún partido.

Los duelos como futbolistas de los actuales técnicos tuvieron un capítulo triple en el 2004. Los dos partidos por el torneo local favorecieron a Marcelo Gallardo: en mayo River ganó 1 a 0 en la Bombonera con gol de Cavenaghi y en noviembre se impuso 2 a 0 en el Monumental con goles de la Gata Fernández y Cuevas. Pero el cruce más recordado fue el del medio, por semifinales de la Copa. Boca y Guillermo disfrutaron del 1 a 0 en casa, mientras el Muñeco se iba expulsado por arañar al Pato Abbondanzieri.

Guillermo Barros Schelotto se ganó el cariño de los hinchas de Boca, entre otras cosas, por su forma de jugar contra River. El combo incluía goles (como el que hizo en mayo de 2005 con Gallardo de rival), centros, gambetas y también la picardía que siempre caracterizó al Mellizo, especialmente en los partidos calientes.

Sin saberlo, Guillermo y Gallardo se enfrentaron como futbolistas en un Superclásico por última vez en marzo del 2006; Palermo fue la tapa de los diarios porque empató el partido, de penal, sobre la hora.

Los caminos de ambos volverían a cruzarse, ya sin los cortos, diez años más tarde en el torneo Transición 2016. Jugaron con poco más de un mes de diferencia, primero en el Monumental y después en la Bombonera, con el mismo resultado: 0 a 0. La pulseada de los técnicos arrancaba pareja.

El primer gran golpe sobre la mesa lo dio el Mellizo con un espectacular 4 a 2 en la cancha de River, que tuvo de todo: una gran tarde de Tevez, una buena actuación de Centurión, un error infantil de Batalla, un resultado cambiante y un festejo alocado del técnico de Boca, que se metió al campo de juego para abrazar a sus jugadores.

Gallardo tuvo su revancha ganando, también, a domicilio el 14 de mayo de 2017, ese día llenó de dudas al Boca de Guillermo con un 3 a 1edificado por los goles de Pity Martínez, Alario y Driussi, para liquidarlo después de un empate transitorio de Boca.

En la temporada 2017/18 de Primera División se jugó un solo clásico y el Boca de Guillermo volvió a ganarle al River de Gallardo en el Monumental, esta vez el nudo empezó a desatarse con una descalificadora patada de Nacho Fernández, que significó la roja para el jugador Millonario y un tiro libre para los Xeneizes, que Cardona transformó en un golazo. En el segundo tiempo, después del empate de Ponzio, parecía que la cosa terminaría parda, pero apareció Nahitan Nández para darle a los "bosteros" una alegría más y el octavo triunfo consecutivo en un campeonato que recién nacía, pero ya se sabía quién se lo quedaría.

Lo que pasó el 18 de marzo en Mendoza resume la sensación generalizada que rodea, hasta el momento, a los enfrentamientos entre Gallardo y Guillermo, entre River y Boca en estas épocas: el técnico millonario parece sacar un plus de sus jugadores en los partidos grandes, esos que para los Xeneizes se convirtieron en un lastre difícil de soportar. A la final de la Supercopa Argentina llegaron con realidades opuestas, que después no se notaron en la cancha: uno venía puntero y el otro a los tumbos, uno tenía un equipo consolidado y el otro lleno de dudas, uno ganaba casi todo lo que jugaba y el otro casi nada. Pero cuando se movió la pelotita en el Malvinas Argentinas, los de la camiseta roja y blanca, aún sin jugar mejor que sus rivales, supieron cómo ganar el partido: fue 2 a 0 con goles de Pity Martínez y Scocco, para que River se quedara con el trofeo y agregara una estrella más a su mote de equipo copero.

Seis meses después de la final de Mendoza, el River de Gallardo volvería a ganarle alBoca de Guillermo. Otra vez fue 2 a 0, otra vez Pity Martínez hizo un gol, otra vez se anotó Ignacio Scocco en el marcador y otra vez la Bombonerase quedó masticando bronca.

El último round todavía está fresquito en las memorias. El 2 a 2 en la ida de la final de la Libertadores dejó a los eternos rivales en una pausa tan prolongada como vergonzosa. Los dos saben que cuentan con puños pesados y por lo tanto se tienen fe, pero al mismo tiempo se respetan.

En el mano a mano de los entrenadores, para los dos el desafío es histórico. Guillermo Barros Schelotto puede convertirse en el primer hombre en toda la historia de Boca que levante la Copa Libertadores como jugador y como técnico. Mientras que Marcelo Gallardo podría conseguir lo que nunca nadie pudo en la centenaria vida de River: ganar dos veces el trofeo más importante del continente.

Por ahora, el saldo de los Superclásicos con Marcelo Gallardo y Guillermo Barros Schelotto como técnicos deja una leve ventaja para el entrenador de River que ganó 3 partidos contra 2 de su rival (con 3 empates). Pero lo que viene no tiene ningún punto de comparación con lo que pasó. Los antecedentes no salen a la cancha. La historia que empezará a escribirse el domingo en Madrid dejará solo a uno bañado en bronce para la eternidad. Es cierto que el mundo seguirá girando y las personas respirando, pero también es cierto que ya nada volverá a ser igual.