Polémica
18/11/2025 | 20:16
Redacción Cadena 3
Un fuerte incidente ocurrido en la iglesia de Santa María la Real, en Sevilla, desató un intenso debate social y religioso en España. Durante una celebración realizada el 15 de noviembre, un joven integrante de la organización católica tradicionalista Orate interrumpió una misa de acogida al colectivo LGBTIQ+ e increpó al sacerdote que la presidía, al ver una bandera del orgullo sobre la mesa del altar.
Las imágenes difundidas en redes sociales muestran cómo el joven se levantó en medio de la ceremonia y, señalando al párroco, lanzó duras acusaciones.
“La homosexualidad no es un delito, pero sí es pecado. Estáis vendidos al diablo por 30 monedas. Sois una panda de traidores, una cueva de ladrones”, expresó, entre fuertes reproches dirigidos a los frailes dominicos responsables del templo ubicado en la calle San Vicente.
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El trasfondo: una misa por jóvenes falangistas y un homenaje político frustrado
La tensión entre Orate y la comunidad dominica venía en aumento desde días antes. La asociación había solicitado celebrar allí una misa en recuerdo de “jóvenes falangistas” fallecidos durante la Guerra Civil. Si bien inicialmente el pedido fue aceptado, el permiso fue revocado luego de que los sacerdotes advirtieran que el acto estaba siendo promocionado como un homenaje político, con simbología fascista.
Según relató el sacerdote fray Francisco Javier Domínguez, la comunidad se negó finalmente a realizar la ceremonia al comprobar que no se respetaría el carácter estrictamente religioso. “No queríamos convertirnos en otra cosa ni alimentar ningún fantasma”, sostuvo. La preocupación se fundaba en un antecedente reciente, cuando miembros de la asociación entonaron el “Cara al sol” en un acto precedente.
El choque doctrinal y la respuesta del sacerdote
En el tenso intercambio dentro del templo, el joven de Orate acusó al sacerdote de “acoger al pecado” y de incumplir el catecismo de la Iglesia. El dominico fray Francisco Javier Rodríguez respondió citando palabras del papa Francisco sobre la integración y la acogida pastoral a todos los fieles, lo que derivó en un debate sobre la interpretación de la doctrina católica.
El joven replicó mencionando otras declaraciones del pontífice para intentar contradecir al sacerdote, mientras los presentes miraban con desconcierto el inesperado cruce.
Orate presentó una denuncia ante el Arzobispado y el Vaticano
Tras el incidente, la asociación Orate envió una carta al Arzobispado de Sevilla y a la Santa Sede denunciando supuestos “abusos litúrgicos” y solicitando que se investigue la forma en que se desarrolló la misa de acogida al colectivo LGBTIQ+.
Orate se define como una organización que “defiende y promueve la identidad y Tradición católica de España a través de la fe, la acción y el testimonio público”. Sus miembros denuncian que los dominicos rechazaron celebrar la misa por los falangistas “asesinados por socialistas y comunistas”, afirmación desmentida por los sacerdotes implicados.
El grupo LGBTIQ+ y la misa de acogida
La ceremonia interrumpida corresponde al grupo Ichtys, una comunidad LGBTIQ+ que realiza mensualmente la eucaristía denominada Tierra de acogida en el templo. Según los frailes dominicos, el colectivo cuenta con el visto bueno del entonces arzobispo Juan José Asenjo, quien “quedó gratamente sorprendido” por su trabajo pastoral.
Fray Francisco Javier Domínguez aseguró que la intención nunca fue generar polémica y pidió mantenerse al margen del conflicto político-religioso desatado tras los hechos.
Silencio oficial del Arzobispado
Por el momento, el Arzobispado de Sevilla evitó pronunciarse. Fuentes eclesiásticas señalaron que la única información disponible es la difundida en redes sociales y que, por ahora, no se emitirán comentarios hasta tener una evaluación completa de lo ocurrido.
Mientras tanto, el episodio sigue generando repercusión y ocupa un lugar central en el debate nacional sobre los límites entre tradición, diversidad, libertad religiosa y apropiación política de los espacios de culto.
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