Pobreza en Argentina: más ingresos pero sin llegar a fin de mes

El Gobierno de Javier Milei informó que entre 10 y 12 millones de personas dejaron de ser consideradas pobres en el último año. Según los datos del Indec, la pobreza cayó más de 20 puntos en comparación con 2024 y alcanzó su nivel más bajo en siete años. La explicación principal estuvo en la desaceleración de la inflación, el aumento de ingresos y la ampliación de programas sociales como la Asignación Universal por Hijo.

A pesar de la baja en la pobreza por ingresos, las encuestas mostraron otra realidad. Un estudio de la consultora Moiguer indicó que el 51% de los argentinos afirmaron tener dificultades para cubrir sus gastos mensuales. En los sectores más pobres, la proporción ascendió al 62%.

Otra investigación, realizada por Casa Tres, reveló que seis de cada diez personas tuvieron que resignar consumos en los últimos meses: ocio, ropa, vacaciones, plataformas de streaming, e incluso servicios de salud o educación. Estos ajustes evidenciaron que los hogares sintieron que no llegaron a fin de mes, aunque en las estadísticas aparezcan por encima de la línea de pobreza.

Uno de los principales problemas fue el ingreso disponible, es decir, el dinero que queda luego de pagar gastos fijos como luz, gas, alquiler o expensas. Aunque los salarios crecieron en 2024, gran parte de esa mejora se absorbió con los aumentos de servicios y tarifas.

De acuerdo con cálculos de consultoras privadas, el dinero libre para consumo aún se encontró por debajo de 2023, aunque con tendencia a recuperarse en 2026. En la práctica, los argentinos recibieron ingresos que se midieron en dólares más altos, pero esos recursos no alcanzaron para sostener el consumo cotidiano.

Los especialistas diferenciaron dos tipos de pobreza en Argentina:

• Pobreza coyuntural: afectó a los hogares que quedaron apenas por encima o por debajo de la línea de pobreza medida por ingresos. Estos grupos entraron y salieron de la estadística según la inflación o el tipo de cambio. Actualmente, el 19% de la población vive con ingresos equivalentes a solo 1,5 veces la canasta básica.
• Pobreza estructural: afectó a un tercio de la población desde hace décadas. Fueron familias que vivieron en viviendas precarias, sin servicios básicos, con trabajos informales y bajos niveles de escolaridad. Este sector permaneció excluido, más allá de los cambios coyunturales en el ingreso.

Informes de consultoras como ExQuanti advirtieron que, a pesar de la baja reciente, los niveles actuales de pobreza son todavía un 25% más altos que en 2017. Esto reflejó una década de caída en la capacidad de compra por sucesivas crisis económicas.

En el caso de los jubilados, por ejemplo, la pobreza pasó del 8,6% en 2017 a casi 13% en 2025. Estos datos mostraron que, aunque los ingresos en dólares hayan mejorado y las estadísticas registren menos pobreza, el bienestar real de la población sigue limitado.