Muerte de la fisicoculturista: se conoció las causas del deceso de Hayley McNeff

La comunidad del fisicoculturismo y el fitness en Estados Unidos aún procesa el impacto de la repentina muerte de Hayley McNeff, la carismática bodybuilder de 37 años hallada sin vida en su hogar de Sudbury, Massachusetts, el 8 de agosto de 2025. 

Según reveló esta semana la Oficina Ejecutiva de Seguridad Pública de Massachusetts, la causa fue una "intoxicación aguda por los efectos combinados de heroína, fentanilo, 4-ANPP, cocaína y norbuprenorfina", clasificada como un accidente por la subdirectora de Comunicaciones, Brenna Galvin.

Originaria de Concord, Massachusetts, McNeff brilló desde joven en disciplinas variadas. En la secundaria Concord-Carlisle y la Universidad de Massachusetts Amherst, destacó en equitación, clavados y esquí, antes de canalizar su determinación en el fisicoculturismo durante los 2000. 

Acumuló títulos estatales en Maryland y Delaware, pero su corona más reluciente llegó en 2009 con la victoria en el East Coast Classic. 

Su pasión la llevó al documental Raising the Bar (2005), donde confesó: "La búsqueda de la fama nunca terminará. No hay límites. Espero que llegue el día en que pueda mirarme al espejo y decir: '¡Sí, soy enorme!'".

Retirada de las competencias, McNeff pivotó hacia la psicología en posgrado, impulsada por el deseo de "ayudar a otros", según su obituario en Boston.com. 

"Tenía el don de hacer reír y sentirse bienvenidos a quienes la rodeaban. Su energía y determinación fueron constantes; siempre logró lo que se proponía. Atesoraba sus amistades y cultivaba relaciones fuertes y duraderas", se lee en el texto, que la describe como una "luz radiante" con "humor rápido y constante".

Su padre, Dave McNeff, añadió a People: "Hayley era como un rayo de luz en este mundo. Tenía energía ilimitada y estaba muy decidida a lograr todo lo que se proponía. 

Ella fijó su mirada en el fisicoculturismo y el fitness y logró el mayor éxito que ese sector ofrecía. Nos amaba y nosotros amamos mucho a Hayley, la extrañamos locamente".

El adiós de McNeff ha cruzado océanos, con tributos que resaltan su legado más allá de los escenarios. En Facebook, el excampeón Dave Palumbo escribió: "Era un alma buena, súper inteligente y tenía un potencial tremendo como culturista. Me sentí orgulloso de poder llamarla amiga". 

La competidora Maryann Amerault recordó: "En realidad no podía soportar a Hayley la primera vez que nos conocimos en Arnold, pero nos hicimos mejores amigas después de encontrarnos en los USAs más tarde ese mismo año. Hayley me enseñó a no tomarme tan en serio y a no confiar en mis primeras impresiones de la gente".

La familia solicitó donaciones a la National Alliance on Mental Illness en su memoria, un guiño a su transición hacia la psicología. 

En un deporte donde el cuerpo es templo, la partida de McNeff recuerda que incluso las luces más brillantes pueden apagarse en silencio, dejando un vacío que inspira reflexión sobre bienestar integral.