Gas silencioso
02/07/2025 | 11:14
Redacción Cadena 3
El monóxido de carbono (CO) es un gas colorles, inodoro y altamente tóxico, lo que lo convierte en un peligroso enemigo silencioso: puede inhalarse sin que la persona lo note y provocar una intoxicación severa en cuestión de minutos.
Cada año se reportan incidentes que llevan a hospitalizaciones y, en algunos casos, a muertes por accidentes evitables vinculados a este gas. El CO se genera cuando materiales como gas, madera, carbón o queroseno se queman de forma incompleta; por esta razón, estufas, calefones, hornos, braseros y calentadores que estén mal instalados o en mal estado se constituyen en las fuentes más habituales en el hogar.
Según información del Ministerio de Salud de la Nación, se registraron alrededor de 500 intoxicaciones por monóxido de carbono desde comienzos de 2024; en 2023, se estimoran aproximadamente 40.000 casos al año en todo el país, con cerca de 200 muertes y 4.000 intoxicados reportados.
“Al ser un gas tan imperceptible, resulta crucial adoptar medidas preventivas. El monóxido ingresa al organismo a través de la respiración y reemplaza al oxígeno en el torrente sanguíneo, causando hipoxia, lo que afecta especialmente al corazón y al cerebro”, indicó Valeria El Haj, directora médica de Ospedyc.
Entre los primeros síntomas se encuentran dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, debilidad, somnolencia y confusión. Si la exposición persiste, puede llevar a la pérdida de conciencia, daño cerebral o incluso a la muerte; por eso, actuar rápidamente puede salvar vidas.
Las personas más vulnerables son los niños, los ancianos y quienes padecen enfermedades cardíacas o respiratorias. En muchos casos, los síntomas de intoxicación son tan sutiles que pueden confundirse con gripe o agotamiento, lo que subraya la importancia de estar siempre alertas.
Ventilar todos los espacios diariamente, aun cuando haga frío.
Realizar revisiones de estufas, calefones y otros artefactos a gas con un gasista matriculado al menos una vez al año.
No se debe usar braseros, hornallas ni hornos para calefaccionar.
Confirmar que existan rejillas de ventilación permanentes.
? Prestar atención a manchas negras, olor a gas o llamas de color anaranjado.
Instalar detectores de monóxido de carbono en los principales ambientes.
“Para asegurarse de que un artefacto funcione adecuadamente, es importante verificar que la llama de las estufas y hornallas sea siempre de color azul, ya que las llamas anaranjadas son indicador de mal funcionamiento”, afirmó la especialista.
Ante la sospecha de intoxicación por monóxido de carbono, es fundamental salir inmediatamente al aire libre, abrir puertas y ventanas para ventilar el lugar y dirigirse a un centro de salud. No se debe permanecer en el hogar ni intentar “aguantar” los síntomas, ya que esto puede resultar peligroso.
“El monóxido de carbono no es visible, no tiene olor y no avisa de su presencia. Por ello, la prevención es la única forma de garantizar nuestra seguridad. Cuidarnos implica también cuidar a quienes comparten nuestro hogar”, concluyó la Dra. El Haj.
[Fuente: Noticias Argentinas]
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