Demandas del trabajo informal
12/07/2025 | 14:18 | Las plataformas de transporte y reparto, asociadas con trabajos informales y sin formación universitaria, hoy abarcan perfiles cada vez más diversos.
La Argentina, al igual que gran parte del mundo, atravesó un proceso de reconfiguración laboral. Las plataformas de transporte y reparto como Uber y Rappi, antes asociadas principalmente con trabajos informales y sin formación universitaria, hoy abarcan perfiles cada vez más diversos. Profesionales, técnicos, estudiantes y jubilados recurrieron a estas aplicaciones para complementar sus ingresos o mantenerse activos.
Un informe del Banco Mundial advirtió que la llamada gig economy -economía de trabajos esporádicos o freelance en plataformas digitales- siguió consolidando su expansión en países en desarrollo como Argentina.
En la actualidad, más de 435 millones de personas dependen de este modelo laboral. Entre 2016 y 2023, la demanda de este tipo de trabajos creció un 41?%. El crecimiento estuvo vinculado, en gran parte, a la falta de oportunidades en el mercado formal, con mayor impacto entre jóvenes y mujeres.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), uno de cada cuatro trabajadores informales en Argentina estuvo vinculado a plataformas de reparto o transporte. Solo en 2023, acorde a los últimos datos disponibles, Uber reportó más de cinco millones de viajes realizados en Argentina desde su llegada al país.
Sergio tuvo 59 años, cinco materias pendientes de la carrera de Administración de Empresas y una calificación de 4,9 estrellas en Uber. Hasta hace poco, su principal ingreso provenía del alquiler de departamentos turísticos que gestionó con su esposa en la ciudad de Buenos Aires.
“Manejamos alquileres desde hace más de treinta años”, contó y agregó: “Pero bajó mucho el turismo y el dueño de los departamentos tuvo que vender seis de los diez que tenía. Yo salgo a manejar para complementar con los que quedan. Si no, no llegamos.”
Según estimaciones de la consultora Focus Market en 2024, un conductor que trabajó unas 30 horas semanales pudo alcanzar ingresos brutos de aproximadamente $441.000 al mes, mientras que quienes manejaron 50 horas pudieron superar los $550.000. A estos montos debieron restarse entre un 30?% y un 50?% por gastos operativos como combustible, mantenimiento y seguros.
“En vez de estar tirado mirando reels, salgo a manejar”, dijo Santiago, que tuvo 25 años, y trabajó en gastronomía. Empezó hace dos semanas a conducir en Cabify. Él y sus hermanos quisieron organizar una fiesta de cumpleaños para su padre: “Está bueno como para poder darme un gusto sin tener que descontar de mi sueldo base”, comentó.
Contó que entre semana suele ganar entre $5.000 y $7.000 por hora, mientras que los fines de semana, entre $7.000 y $12.000 por hora.
Aún así, a nivel internacional, Buenos Aires figura entre las ciudades donde menos se paga por kilómetro recorrido, apenas USD?0,17: 8 puestos por debajo de Montevideo y 6 por debajo de Santiago de Chile. Estas aplicaciones operaron acorde a la oferta y demanda de autos y pasajeros en una zona específica.
A través de comunidades digitales como TikTok, grupos de WhatsApp o Facebook, los conductores veteranos advirtieron a los que recién empezaron: “Hay horarios muertos -tipo 10 de la mañana- donde no hay solicitudes. En esos casos, convino salir en las franjas de mayor demanda, como los viernes o sábados por la noche, o cuando llueve, que ahí podés levantar $16.000 o $18.000 por hora”. El mismo usuario avisó que el piso razonable ronda los $9.000 por hora: “Si estás ganando menos, algo estás haciendo mal”.
Según un estudio de 2021, solo el 11% de los conductores de Uber en Argentina son mujeres. La seguridad, en muchos casos, es un factor decisivo. Mariana, que llevó más de un año trabajando en la aplicación, aseguró que el sistema de calificaciones le permite filtrar a quién acepta: “Antes de confirmar un viaje, me guío por la antigüedad del usuario y el puntaje que tiene”.
Una vez que se generó la solicitud y el viaje fue aceptado, ambas partes pudieron ver la puntuación del otro. Para tener una idea del sistema: se necesitaban alrededor de 13 calificaciones de una estrella (sobre 500 evaluaciones) para que la calificación de un conductor baje de 5.0 a 4.9.
A pesar de ser vistos con malos ojos, algunos avances dentro del mundo tech empezaron a mostrar, cada vez más, su costado democratizador, al menos para quienes necesitaron un salvavidas económico o una excusa para no sentirse solos. Lo que antes se consideraba un empleo informal o transitorio, hoy aparece como una alternativa concreta para sostener proyectos o un estilo de vida.
Con una jubilación mínima que ronda los $305.000 (sin contar el bono) y una clase media cada vez más presionada por el aumento del costo de vida, surgió una demanda evidente: el de quienes buscaron un ingreso adicional. Las plataformas supieron leer esa necesidad y ocuparon ese espacio.
El debate sobre derechos laborales y regulación dentro de la gig economy continuó abierto, pero mientras tanto, estas aplicaciones ya forman parte del día a día.
¿Cuál es el nuevo refugio económico de los profesionales y jubilados?
Las plataformas de transporte y reparto, como Uber y Rappi, se convirtieron en una alternativa para generar ingresos adicionales.
¿Cuántas personas dependen de la gig economy en Argentina?
Más de 435 millones de personas dependen de este modelo laboral en diferentes países, incluyendo Argentina.
¿Qué ingresos pueden esperar los conductores?
Los conductores que trabajan entre 30 y 50 horas semanales pueden alcanzar ingresos que oscilan entre $441.000 y $550.000 al mes.
¿Cuáles son los factores más relevantes en la seguridad de los conductores?
El sistema de calificaciones permite filtrar a los usuarios según su antigüedad y puntaje.
¿Cómo se percibe la gig economy en la actualidad?
A pesar de ser considerada informal, algunas plataformas ofrecen opciones relevantes para ingresos adicionales y flexibilidad laboral.