Señales ignoradas
19/12/2025 | 16:55
Redacción Cadena 3
Una tarea escolar realizada por Joaquín Ruffo, el niño de 8 años asesinado por su padre en Lomas de Zamora, reveló el miedo que sentía en su hogar. Días antes del crimen, el pequeño completó una actividad donde dibujó caras tristes y escribió frases estremecedoras que hoy se interpretan como un grito de auxilio ignorado.
En la hoja, la consigna pedía completar rostros infantiles con expresiones emocionales. Joaquín dibujó caras con lágrimas y bocas hacia abajo. Más abajo, al identificar sentimientos según lugares o experiencias, escribió con letra prolija: “Colegio: tranquilo y cansancio” y “Casa: miedo”.
La tarea fue corregida por la docente con marcas en verde y un “súper” destacado, junto a un mensaje de felicitación por las vacaciones de invierno. Sin embargo, nadie interpretó esas palabras como una señal de alerta. La madre de Joaquín, Natalia Ciak, relató que al día siguiente acudió al colegio French de Banfield para hablar con la maestra, pero fue ignorada. “Nunca nadie se comunicó conmigo”, denunció a TN.
Natalia presentó una mediación judicial contra el colegio por negligencia, argumentando que una denuncia oportuna a la Defensoría del Menor podría haber evitado la tragedia. Su abogado, Diego Lugones, afirmó al mismo medio: “Joaquín daba indicios claros de miedo en casa. El colegio debió actuar, no solo por el padre, sino por investigar el origen del temor”.
El crimen ocurrió la mañana del 5 de agosto de 2025 en la casa familiar de Lomas de Zamora. Joaquín vivía con su madre, Natalia Ciak, y su padre, Alejandro Ruffo, quien aprovechó un momento a solas para asfixiarlo con una almohada mientras dormía. La pareja atravesaba una separación conflictiva, con violencia verbal y celos por parte de Ruffo hacia el vínculo madre-hijo.
Natalia sospechó al no recibir el habitual mensaje de su hijo desde la escuela. Al regresar a casa con la Policía, encontró a Ruffo ensangrentado tras intentar suicidarse y al niño sin vida. Ruffo permanece detenido y bajo pericias psiquiátricas.
A más de cuatro meses del hecho, Natalia habló por primera vez en profundidad sobre el dolor. “Es cuando salimos del shock y la realidad golpea”, dijo, quebrada al recordar que el acto fue “consciente y premeditado”. “No es un padre, no es un ser humano. Sabía que dañando a Joaqui me destruía a mí”, afirmó.
El impacto se extendió al entorno del niño: sus amigos sienten el aula “aburrida” sin él, conservan ropa suya sin lavar para oler su perfume y muchos adultos, incluso padres, han iniciado terapia por la pérdida.
Joaquín Ruffo era descrito como una “luz” por su madre y su comunidad. Sus dibujos escolares, ahora evidencia de un pedido de ayuda silenciado, dejan una lección dolorosa sobre la importancia de escuchar las señales de los niños.
Te puede Interesar
Hechos de violencia familiar
El hecho ocurrió durante la madrugada del 14 de mayo de 2020 en Misiones.
Violento ataque familiar en Buenos Aires
El violento episodio ocurrió este martes en 36 y 128, en Ensenada.