Lucha contra el SIDA
07/12/2017 | 06:29 | Se trata de A.G., una cordobesa que integra la obra "Caminar de Nuevo", de Manos Abiertas. Entrá y mirá.
Una joven madre cordobesa portadora de VIH publicó en las últimas horas una carta abierta a su virus.
La muchacha, que integra la obra "Caminar de Nuevo" de Manos Abiertas, realizó la publicación en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, que se conmemoró el sábado pasado.
Carta abierta a mi virus
Muchos podrán pensar que escribirte una carta es de locos y hasta puede resultar incomprensible.
Podría dedicarte páginas enteras haciéndote reproches, expresándote miedo, la rabia y la impotencia que he sentido desde que llegaste; los diferentes estados de ánimo por los que he pasado desde que conocí tu existencia y el dolor que me has causado desde que nuestros destinos se cruzaron.
Pero hoy no tengo la menor intención de manifestarte odio ni rencor, me siento ya muy lejos de la rabia de los primeros días y muy cercana a la calma.
No es que me haya resignado a vivir contigo, sino que te he aceptado como parte de mí.
Te confieso que con tu llegada me sentí culpable y amenazada; fuiste mi juez, mi verdugo y mi cuenta atrás. Por un tiempo me robaste la calma, el control, las ilusiones y mi tiempo. Cambiaste mi sonrisa por lágrimas y tristeza; mi vida por tu muerte.
Si te dijese que fue difícil adaptar mi vida a tu existencia. Vos mejor que nadie conoces perfectamente los nervios que siento el día antes de una extracción de sangre o la ansiedad que aun en 3 años 4 meses después me genera la espera en la consulta del médico antes de conocer los resultados del último análisis.
Me siento sana, saludable y fuerte y por eso me siento extraña en el pasillo de un hospital a la espera de que el médico me confirme que sigues dormido dentro de mí, que no te tengo tan controlado que he reducido tu presencia a la mínima expresión, a la que clínicamente llaman “INDETECTABLE”. Y así te siento en mi interior: “DORMIDO”.
No me atrevo a levantar la voz demasiado por miedo a despertarte. Espero que aunque seas inmortal tu sueño sea eterno porque gracias a él rehago mi vida con total normalidad y para que sigas así hago todo lo posible por no olvidad cada noche la dosis que para vos es tu anestesia y para mí, mi calma y bienestar.
En mi sangre te has convertido en algo tan insignificante que hasta mi sistema inmunológico sigue intacto y más fotalecido que nunca. Pero en mi cabeza “QUERIDO AMIGO”, y por más que me empeñé no consigo liberarte al 100 x 100, en los momentos más tristes de angustia o desolación es cuando asomas la cabeza para recordarme que sigues ahí, que no te has ido y que no tienes la mínima intención de abandonarme, la mente humana es así de inoportuna y caprichosa.
Quizá darte las gracias suena aún mucho más loco que dedicarte esta carta, pero es cierto que aunque llegaste a mi como esa “Pesadilla antes de la navidad” hay varias cosas que te agradezco.
Te doy las gracias por haberme fortalecido lejos de debilitarme. Te confieso que al principio pensé que sería una batalla perdida, que jugaba una partida con un adversario letal.
No sé cómo ni donde, pero finalmente reuní las fuerzas y el coraje necesario con el que hacerte frente. No fue fácil y aun a veces siento que me superas; pero amo tanto la vida, lo que soy y lo que tengo que no permitiré que el miedo me paralice para dejarte conquistar el terreno que tanto quieres.
Gracias también por enseñarme a distinguir lo vital de lo importante.
Supongo que debes sentirte cómodo y muy a gusto ahí adentro.
Tanto es así que te dormiste y no has vuelto a despertar, y solo te pido antes de despedirme, voy a hacer lo posible por garantizarte el mayor descanso con el que nunca hayas soñado, un sueño placido largo dulce e imperturbable para que no me olvides
“QUERIDO AMIGO” que tu sueño es mi vida porque mientras tu duermes mis mañanas despiertan…Dulces sueños…Con cariño… (A.G.).