Escándalo en el ballet de Nueva York por “pornovenganza”

Fuertes acusaciones

Escándalo en el ballet de Nueva York por “pornovenganza”

07/09/2018 | 07:15 |

Una bailarina denunció a su ex, también bailarín, quien filmó sus encuentros sexuales y luego distribuyó las imágenes entre otros pares, empleados y aportantes del ballet.

Una bailarina de 19 años denunció al célebre Ballet de Nueva York y a su antiguo novio, principal estrella masculina de ese cuerpo, tras haber sido víctima de una “pornovenganza”, según dijo ante la Justicia.

Alexandra Waterbury, que además de bailar en el ballet es modelo y estudiante universitaria, presentó su denuncia contra su ex novio, Chase Finlay, tras descubrir que la había grabado en situaciones íntimas para diseminar las imágenes explícitas entre agentes, donantes, empleados del ballet, otros compañeros y hasta un traficante sexual sin su consentimiento.

La joven, que también es modelo y estudiante universitaria, presentó ante la Corte Suprema de Manhattan una denuncia de 40 páginas, en la que no ahorró acusaciones, tanto contra el New York City Ballet como contra Finlay, de 28 años.

Hace apenas una semana el New York City Ballet anunció que Finlay había renunciado abruptamente y que otros dos bailarines principales, Amar Ramasar y Zachary Catazaro habían sido suspendidos por violar el código de conducta tras ser acusados de tener intercambios inapropiados a través de mensajes de texto y correos electrónicos.

"Los bailarines masculinos sentían que estaban por encima de la ley y que podían hacer lo que querían, cuando querían con las mujeres siempre y cuando ocurriera en Nueva York donde podía ser controlado por el NYCB y los que ejecutivos de la institución", asegura el documento legal.

Sin nombrar a la persona en cuestión, la demanda también asegura que uno de los bailarines masculinos fue enviado a un centro de rehabilitación tras haber tenido problemas legales por abusar de sustancias controladas y violencia doméstica contra una bailarina pero que le permitieron regresar a su empleo una semana después sin "ningún tipo de consecuencia".

Según la querella, al menos uno de los directores principales de la organización estaba al tanto del presunto uso de drogas de Finlay pero eligieron no tomar medidas en el asunto.

"Claramente el NYCB tenía conocimiento del comportamiento fuera de control, abusivo y sexual que existía pero no hicieron nada para frenarlo porque seguían vendiendo entradas", escribió el abogado de Alexandra Waterbury.

La demanda cuenta también con un registro gráfico y detallado de los mensajes de texto intercambiados entre Finlay y otras estrellas masculinas con las que presuntamente intercambiaron fotos sexuales explícitas y videos de sus novias y de otras bailarinas.

"¿Tienes fotos de las mujeres con las que te acostaste?", escribió Finlay junto a una foto de Waterbury desnuda que le envió a sus compañeros. "Les voy a mandar más de otras bailarines que hice gritar".

Los hombres supuestamente empezaron a intercambiar dichas imágenes en una cadena de mensajes de texto iniciada en septiembre del 2017 y que se extendió hasta mayo del 2018.

Entre los mensajes, Finlay supuestamente también manifestó que debería vender los videos de Waterbury teniendo relaciones sexuales ya que "esa mierda vendería". A lo que supuestamente Ramsar, el otro bailarín suspendido por violar el "código de conducta del New York City Ballet respondió: "Te amo. Envíame esas fotos/videos".

Waterbury descubrió que Finlay, su novio de hace más de un año, la estaba grabando y diseminando las imágenes explícitas a agentes, donantes, empleados del NYCB y a compañeros el 15 de mayo del 2018.

La demanda pide que la adolescente sea recompensada por haber sufrido severos daños psicológicos, emocionales, angustia mental, y humillación a raíz de las acciones de Finlay y del New York City Ballet Company.

La bailarina demanda a la institución por negligencia, daño emocional, asalto, abuso y violación de la privacidad.

En respuesta el New York City Ballet dijo en un comunicado que tienen la "seguridad" de que no existe ningún fundamento para la demanda y "niegan vehementemente la denuncias de que la compañía aprueba, fomenta o resguarda este tipo de actividad de la que el señor Finlay y los demás han participado, que sucedió fuera del horario de trabajo y que no eran de conocimiento, ni permitido ni facilitados por el NYCB".