La Mesa de Café
13/10/2017 | 09:32 | El capitán de fragata Maximiliano Mangiaterra, contó a Cadena 3 que estas maniobras constituyen la última etapa de su reingreso al servicio activo tras el incendio de 2007 que casi lo destruye.
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"Con una gran potencia de máquinas, rompe el hielo por embestida", dijo Mangiaterra.
El rompehielos "Almirante Irizar" dará inicio mañana a las pruebas de hielo en la Antártida, que constituyen la última etapa de su reingreso al servicio activo tras el incendio que sufrió en 2007 mientras regresaba de la campaña anual al Continente Blanco.
El comandante del Irizar, capitán de fragata Maximiliano Mangiaterra, contó a Cadena 3 que el barco está diseñado para operar en un campo de hielo de un metro de espesor de manera continua, y para romper hielo, con la técnica de embestida, de hasta seis metros de espesor.
“Lo que vamos a hacer en estas pruebas es encontrar estas mismas situaciones para comprobar que se mantienen las capacidades operativas con las que fue concebido”, relató el comandante del "Irizar".
Consultado sobre cuál es la característica de un rompehielo, Mangiaterra señaló que lo que lo diferencia de otros buques es la dureza del casco: "Se construye con un espesor de acero naval. De acuerdo a la clasificación tiene diferentes espesores. Son casi 5 centímetros de acero naval de alta dureza", dijo y agregó que, a diferencia de los buques mercantes, el rompehielo tiene una proa lanzada, una forma pronunciada para poder montarse sobre el hielo.
"Con una gran potencia de máquinas, rompe el hielo por embestida y navegando a mucha potencia de máquinas", dijo.
Una vez superada esta etapa, el barco y su tripulación de 111 hombres y 313 plazas totales retornará directamente a Buenos Aires, donde tiene previsto llegar los primeros días de noviembre.
Si todo sale de acuerdo a lo planeado, luego de un mes de alistamiento, el "Irizar" volverá a zarpar para realizar la campaña antártica de verano, que incluye el cambio de dotación y el reaprovisionamiento de todas las bases antárticas.
Sobre el proceso de reconstrucción de la nave, Magiaterra recordó que el "Irizar" llevaba 34 campañas antárticas seguidas en el momento del incendio, en 2007, y que un proceso de modernización hubiera sido necesario aunque no hubiese tenido lugar aquel incidente.
“El siniestro cambió la envergadura de las reparaciones y lo convirtió en algo más ambicioso. Ahora ya no tenemos un rompehielos logístico con tecnología de los años 70´, sino un rompehielos multipropósito con el último equipamiento tecnológico disponible”, destacó.
El comandante se refirió a la renovación de la “planta propulsora, automatismo y la electrónica asociada a la navegación”, aunque también a la infraestructura científica.
“Antes teníamos un solo laboratorio con 40 metros cuadrados dedicados a la ciencia, y hoy tenemos 13 laboratorios con casi 400 metros cuadrados de superficie”, subrayó el capitán.