Fuera de foco
27/12/2025 | 07:23
Redacción Cadena 3
*Por Pancho Marchiaro.
En la columna de hoy quiero hablar de una especie en extinción. Pero no se trata de un animal ni de una planta. Se trata del correo postal y sus muy hermosas estampillas.
Durante diciembre, por sus épocas festivas, o en enero, cuando las vacaciones nos alejaban de casa, era habitual recibir cartas y postales. Mensajes que llegaban desde otros paisajes, con otras letras, con otras historias. Yo nací en 1976 y, al contar esto, a veces siento que hablo como un viajero en el tiempo.
Escribir una carta implicaba detenerse: describir un lugar, transmitir una sensación, desear un buen año con palabras propias. Luego venía el ritual: cerrar el sobre, lamerlo, hacer lo mismo con la estampilla y pegarla con cuidado. Hoy todo eso parece una rareza y si ven una persona chupando su celular, traten de mantenerse a distancia.
Si tuviera que ponerle título a esta columna, sin dudas sería “¿Dónde está mi álbum de estampillas?”. Porque, llamativamente, algunos países —como Dinamarca— tienen previsto erradicar el correo postal ¡el año que viene: 2026 será sin cartas allá!
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Y para muchas personas, cuando uno dice “correo”, ya no piensa en una carta, sino en un email, que tal vez también esté camino a desaparecer frente al avance de las redes sociales y la mensajería instantánea.
Hubo un tiempo hermoso en el que, si querías mandar una postal, ibas a comprar estampillas. Era una verdadera pasión. En mi caso, mi abuela -y en la línea receptiva- recortaba las estampillas de las cartas que recibía de viajeros y me las guardaba. Así nació mi colección y mi acercamiento a la filatelia, una palabra que viene de philos (amor) y ateleia (pago anticipado).
¿Pago por anticipado?
Porque no siempre fue así: antes, el correo se pagaba cuando la carta llegaba a destino, hasta que, en 1835, Sir Rowland Hill inventó las estampillas y con ellas una nueva manera de pensar el mundo, más conectado y global. La primera fue la famosa Penny Black, con el retrato de la reina Victoria. El sistema se expandió y el ferrocarril ayudó a que ese intercambio de palabras viajara cada vez más lejos. Vamos: se hizo redondo el mundo.
También hubo espacio para la creatividad y la resistencia. En Argentina, el artista Edgardo Antonio Vigo impulsó el arte postal, utilizando sobres y sellos como soporte artístico y como forma de expresión en tiempos de persecución.
Probablemente nuestros hijos, y ni hablar nuestros nietos, no conozcan ese espécimen exótico, hermoso y maravilloso que fueron las estampillas, e inclusive las postales. Pero vale la pena recordarlas, aunque sea para entender que alguna vez comunicarnos fue también un delicado acto, lento, físico y profundamente humano.
¿De qué especie se habla en la columna? Se habla del correo postal y sus estampillas.
¿Quién es el autor de la columna? El autor es Pancho Marchiaro.
¿Cuándo se prevé erradicar el correo postal en Dinamarca? Se prevé erradicarlo en el año 2026.
¿Qué inventó Sir Rowland Hill en 1835? Inventó las estampillas, cambiando la forma de enviar correo.
¿Qué artista argentino impulsó el arte postal? El artista argentino es Edgardo Antonio Vigo.
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