Discapacidad en carreras de salud: advierten vacíos en la formación

Buenos Aires, 6 diciembre (NA) -- A pesar de que el 16% de la población mundial cuenta con algún tipo de discapacidad, la formación universitaria de los profesionales de la salud presenta carencias significativas en esta materia, según advirtieron especialistas en educación y salud.

De acuerdo con referentes en docencia universitaria de la Universidad Hospital Italiano, una de las barreras más persistentes no es tecnológica ni arquitectónica, sino actitudinal.

"La comprensión de la discapacidad como interacción entre la persona y las barreras del entorno todavía no está suficientemente incorporada en los programas de formación de grado", explicó Cecilia Figari, directora del posgrado Especialización en abordajes interdisciplinarios centrados en las personas con discapacidad y sus comunidades.

La advertencia se produjo en el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, conmemorado el pasado 3 de diciembre, según confirmó la Agencia Noticias Argentinas.

Profesionales como facilitadores o barreras

La especialista señaló que los profesionales de la salud pueden convertirse en facilitadores o, sin quererlo, en obstáculos para las personas con discapacidad.

"Esa diferencia depende tanto de la infraestructura como de la formación y las actitudes", indicó Figari, quien también es Doctora en Psicología.

En este sentido, advirtió que la accesibilidad actitudinal —relacionada con prejuicios, estereotipos y representaciones sociales— aún no tiene un lugar sistemático en la currícula de grado, pese a su impacto directo en el trato y en el reconocimiento de las personas con discapacidad como sujetos de derechos.

El riesgo de los enfoques exclusivamente biomédicos

La falta de contenidos sobre discapacidad, accesibilidad y derechos puede derivar en enfoques centrados exclusivamente en lo biomédico, reduciendo a las personas a diagnósticos.

Esto habilita prácticas paternalistas, como infantilizar a los pacientes, decidir por ellos o dirigirse únicamente a sus acompañantes.

Frente a esto, Figari remarcó que "las personas con discapacidad ejercen su autonomía y que, cuando requieren apoyos, es el sistema el que debe brindarlos, sin sustituir su voz".

El rol de las universidades según la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que los sistemas sanitarios deben ser accesibles, inclusivos y centrados en la persona.

Para que estas recomendaciones se traduzcan en prácticas reales, es indispensable que las universidades incorporen contenidos sobre accesibilidad, derechos y diversidad de manera transversal en sus programas.

"Como formadores, debemos asegurarnos de que los estudiantes comprendan la importancia de la accesibilidad y de que los servicios de salud cuenten con condiciones que garanticen equidad. La diversidad es parte de la práctica sanitaria cotidiana", agregó la directora del posgrado.

Más allá de rampas y protocolos

La especialista de la Universidad Hospital Italiano subrayó que la inclusión en salud trasciende las adaptaciones físicas o normativas.

"Esto no se trata sólo de rampas, intérpretes o protocolos, sino de profesionales que miren a la persona en su singularidad", afirmó.

Y concluyó: "El desafío es construir una inclusión recíproca, donde profesionales y pacientes se reconozcan parte de una misma comunidad. Y ese trabajo comienza en las aulas".