Curiosidades
26/11/2025 | 10:21
Redacción Cadena 3
Si alguna vez paseaste por la ciudad y te has preguntado por qué algunas personas cuelgan ristras de tapas de gaseosa en sus balcones, jardines o terrazas, la respuesta es mucho más práctica que decorativa.
Este peculiar "adorno" improvisado es, en realidad, un ingenioso truco ecológico diseñado para proteger cultivos y plantas de manera natural.
Olvídate de costosos repelentes químicos o dispositivos sofisticados. El secreto de esta técnica reside en dos factores simples y poderosos que alteran el entorno de las plagas: la luz y el sonido.
El movimiento de las tapas, impulsado por la brisa, genera un doble estímulo que resulta profundamente molesto para las aves y los insectos que buscan alimentarse o posarse en tus plantas:
Destellos de Luz: Cuando el sol incide sobre el plástico brillante de las tapas, produce reflejos intermitentes. Para muchas aves, estas ráfagas de brillo actúan como una señal de peligro o una incomodidad visual intensa, lo que las lleva a evitar la zona.
Tintineo Constante: El simple chocar del plástico entre sí crea un sonido repetitivo. Este ruido, potenciado por el viento, funciona como un elemento disuasorio acústico que rompe la tranquilidad del ambiente y ahuyenta a las especies invasoras.
Además, los expertos sugieren que el color juega un papel fundamental: la combinación de tapas de distintos tonos intensos potencia el efecto disuasorio, ya que muchas especies son más reactivas a los colores brillantes.
Lo mejor de este método es su sencillez y su carácter 100% ecológico. Es una forma fantástica de reutilizar materiales que, de otro modo, terminarían en la basura, cuidando tu jardín sin contaminar.
Solo necesitas tres cosas: tapas, hilo o alambre fino, y un método para perforar.
Pasos para el éxito:
Prepara las tapas: utilizá un clavo caliente o una herramienta segura para hacer un pequeño orificio en el centro de cada tapa.
Enhebra la cadena: pasá el hilo resistente a través de los agujeros. Es crucial dejar una separación adecuada entre las tapas para que puedan moverse con libertad y chocar entre sí al soplar el viento.
Asegurá la posición: colgá las tiras de tapas en ramas, cercos o estructuras cercanas a las plantas que quieres proteger.
Asegúrate de instalarlas a una altura donde el viento tenga buen acceso para generar la combinación perfecta de brillo y sonido. Con este simple y económico hack de jardinería, podrás olvidarte de los bichitos de luz y otras amenazas, manteniendo tu balcón sano de la manera más verde posible.
¿Qué se cuelga en los balcones y jardines? Ristras de tapas de gaseosa.
¿Cuál es el propósito de colgar tapas? Proteger cultivos y plantas de manera natural.
¿Qué factores ayudan a disuadir plagas? La luz y el sonido.
¿Qué materiales se necesitan para este truco? Tapas, hilo o alambre fino, y un método para perforar.
¿Por qué es considerado un método ecológico? Permite reutilizar materiales y no contamina el medio ambiente.
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