Sociedad
26/03/2017 | 07:32 | Este sábado, el país vecino, levantó su veda a las importaciones de carne de Brasil y la acotó a 21 frigoríficos. Hasta ahora se han producido más de 30 arrestos y tres plantas han sido clausuradas.
Chile levantó este sábado su veda a las importaciones de carne de Brasil y la acotó a 21 frigoríficos tras el escándalo de las adulteraciones de la producción, informó el Servicio Agrícola Ganadero (SAG).
El cierre total del mercado brasileño de carne fue impuesto el lunes tras destaparse en ese país un esquema para autorizar la venta de alimentos no aptos para el consumo.
El SAG indicó en un comunicado que "decidió modificar la restricción de importación a la carnes brasileñas, manteniendo precautoriamente la suspensión de importación de carne bovina, porcina y de ave a solo 21 establecimientos que se han visto involucrados en la red de corrupción".
La medida se adoptó tras el viaje a Brasil de inspectores del SAG para verificar la situación sanitaria de los principales frigoríficos que exportan carnes a Chile.
El SAG agregó no obstante que "continuará reforzando las medidas de vigilancia y fiscalización tanto en la frontera para el ingreso de productos pecuarios, como en los puntos de comercialización".
Brasil es el segundo proveedor de carne de Chile con 37.000 toneladas anuales, mientras que Paraguay es el primero con 39.000 toneladas, según datos del gobierno chileno.
Tras la decisión de Chile el lunes de cerrar completamente su mercado, el ministro brasileño de Agricultura, Blairo Maggi, advirtió que Brasil podría tener una "reacción fuerte", pudiendo tener represalias a productos chilenos.
En noviembre, el Ministerio de Salud de Chile emitió una alerta ante la posible contaminación con parasitosis de carne importada desde Brasil, cuya venta y distribución fue prohibida. Esa alerta fue levantada una semana después.
Brasil es el mayor exportador global de carne bovina y aviar, y el caso, que afecta en particular a dos gigantes del sector -JBS y BRF-, sacude a uno de los sectores fuertes de su economía, que entró en recesión en 2015.
El gobierno brasileño defiende que solo se trata de unas cuantas manzanas podridas en la industria alimentaria nacional.
Las adulteraciones fueron reveladas el viernes pasado, cuando la policía brasileña informó que grandes exportadores de carne habían sobornado a inspectores de los servicios de higiene para que autorizaran la venta de carne que estaba adulterada.
Desde el estallido del escándalo, se han producido más de 30 arrestos y tres plantas han sido clausuradas.