Para Silvia Pastorino, "una mano angelada conservó los guiones"

Silvia Pastorino es docente e integra el elenco de la Comedia Cordobesa desde 2003, y en su perfil de Instagram tiene una frase de Charles Chaplin que la define como actriz: “Fallar no es importante. Hay que tener coraje para hacer el ridículo”.

Hace un año tuvo la idea de desempolvar los libretos de Juan Carlos Mesa que conservaba en una caja para mostrárselos a Coqui Dutto, directora del Teatro Real, y entusiasmarla en la aventura de que recobren vida a través de Cadena 3.

La iniciativa de la Agencia Córdoba Cultura encontró inmediato eco en la radio y fue madurando, hasta emerger convertida en el ciclo “SobreMesa” que hoy se presenta.

Entrevistada por Cadena 3, Pastorino relató: “Juan Carlos escribía cinco sketches por día. Es un montón, una locura de trabajo. A veces tomaba cosas que surgían en la misma mesa de la radio. Éramos un equipo bastante grande, de ocho a diez personas. Si algo le llamaba la atención y le causaba gracia, al otro día traía un sketch referido a eso. Eso era un guiño para el equipo, algo muy mágico que se daban en ese equipo. Te dabas cuenta que estaba atento a todo. Juan Carlos Mesa te convocaba a hacer camaradería, a la charla colectiva, a la risa general, siempre tenía una anécdota. Era como una fantasía vivir cada mañana y trabajar de esa manera con ese ser maravilloso”.

Respecto al derrotero de los libretos, la actriz contó que “se conservaron solitos. Debe haber sido una mano angelada que los guardó en una caja. Tuve una mudanza en el medio de ese tiempo. Muchos se perdieron. Durante un año y medio, hizo cinco sketches por día. Eran de una página y media. Era muchísimo papel. Una parte se quedó en la mudanza y otra siguió estando dentro de la cantidad de libretos que tengo. Llevo 45 años de profesión y guardo los libretos. Me gusta tener en papel ese material que conforma mi historia”.

Al momento de definir el estilo de Juan Carlos Mesa, Pastorino opinó: “Hacía un humor blanco, como se decía antes. Para diferenciar las comedias blancas de las verdes. No usaba chabacanería. Usaba juegos de palabras y el error como un clown para hacer reír. Es muy fuerte para el actor o la actriz recibir ese texto. Porque sin autor no hay obra. Y el actor necesita de esa palabra para poder sostener un personaje”.