Dos generaciones de zapateros rescatan el alma del calzado en tiempos de crisis

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Dos generaciones de zapateros rescatan el alma del calzado en tiempos de crisis

17/07/2023 | 08:59

Gabriel Diez cumplirá 20 años en la profesión con una herencia de 65 años en su espalda. Con alma de cirujano, su papá, don Eduardo Diez, “El Gallego”, trabajó toda su vida en el oficio.  

Redacción Cadena 3

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Dos generaciones de zapateros rescatan el alma del calzado en tiempos de crisis

Al ingresar al taller de calzado "El Gallego" se respira un aroma combinado entre tintas, cuero y linimentos, como de historia misma.

Con 85 años, el taller sigue liderando el rubro en Sampacho y toda la región, reparando el calzado de sus clientes. Pero la particularidad de este verdadero "sanatorio" de zapatos, chinelas, botas, sandalias, zapatillas y hasta botines de fútbol, es que hay dos generaciones de artesanos en esto de volver a poner a punto algún calzado.

Fue Eduardo el iniciador del taller, quien aprendió de un ucraniano el oficio. Luego su hijo Gabriel, quien expresa que en este un tiempo de crisis se incrementa la labor de reparación, fue el encargado de continuar con el legado.

Es así que se oye el zumbido de las históricas máquinas Singer, que, a pesar de contar con más de un siglo de existencia, siguen operando como si fueran nuevas.

La labor se circunscribe a las hormas en las que se ajusta el calzado al pie de su cliente. Intercambiando algún diálogo, pero sin descuidar la mirada sobre su trabajo, Gabriel restaura una bota.

"Esta bota caña larga hay que dejarla muy bien", expresa a Cadena 3 con la solvencia que le da la experiencia.

El legado

Gabriel se emociona al decir que este oficio de su padre es un antes, un durante y un después. Suspira mirando al cielo y agrega: “Los zapatos de hoy no son como los de antes. Ahora hay mucho plástico, antes más cuero, Antes todo se hacía a mano, a muñeca, no había herramientas.

"Mi viejo lo hizo con amor, que es la base de todo. Cuando se hace con amor todo sale perfecto", menciona.

Gabriel traza un compás histórico ligando parte del pasado de Sampacho con el oficio de su papá. "En su anterior generación, estaba el ferrocarril con tanta gente, con los hoteles trabajando, los que fundaron el club Confraternidad. Todos eran lazos de vida de Sampacho y su historia, y mi papá se forjó en todo eso y así se hizo", destaca.

Gabriel hace un sintético repaso de la labor de su padre y recuerda que trabajando con Pierkarz, un ucraniano que usaban agujas hechas con pelo de cerdo. Fue allí cuando Eduardo vio un tipo de agujas de metal que podrían adaptarse al trabajo. Se lo propuso a su patrón y comenzó una nueva etapa en su aprendizaje.

"Yo crecí en este ámbito”, agrega. “Pero te imaginas que con esta máquina Singer, que tiene más de cien años, cuando era chico aprendí a hacer dibujos con el cuero. De apoco fui aprendiendo. La máquina es una Singer 29k32. La historia de esta marca es muy antigua. Son las máquinas que disponemos, verdaderas joyas, y están trabajando", explica.

"El Gallego" -su padre- es hijo de españoles. Muchos recuerdan a su abuelo llamado Domitilo. Era sacerdote de la Iglesia Católica, renunció y se casó con la abuela Dolores. El denominador común siempre fue el amor.

Anécdotas hay por cientos. “Hay clientes para todo”, recuerda Gabriel, mientras relata que su padre siempre contaba con una sonrisa la vez llegó un cliente y desde su camioneta nueva le preguntó si estaban listos sus zapatos. Le respondió que sí.

“Dámelos que ya te traigo la plata, me dijo. Todavía lo estoy esperando. No vino más, se fue con los zapatos arreglados y no me pagó jamás", cuenta sin dejar de reír.

Dice, además, que las mujeres son exigentes y complicadas, sobre todo con el arreglo de sus zapatos o sandalias.

Las Singer se ponen en marcha y los sentidos son despertados con los aromas del cuero que se mezclan con el fuerte olor de los pegamentos.

Mirando en una de las paredes laterales se pueden apreciar las distinciones que obtuvo "El Gallego" en su larga trayectoria: premio del Centro Comercial en 2004, una plaqueta otorgada por la Municipalidad que lo ha distinguido con el título de "Vecino destacado" en mayo de 2011.

El orgullo es grande, no es para menos. Dos generaciones trabajando y un apellido al que hacerle honor: son “los Diez”.

Informe de Flavio Díaz Tarifa.

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