Primero el proyecto, después el entrenador

Una buena jugada de AFA

Primero el proyecto, después el entrenador

03/08/2018 | 11:04 |

El entrenador del Tottenham es uno de los candidatos para encabezar el nuevo proyecto del fútbol argentino. Escuchá un repaso de su carrera como futbolista y director técnico. 

Diego Borinsky

Vamos a ser sinceros: cuesta creerles. Estos dirigentes que conducen la AFA, encabezados por Claudio Tapia, no son lo que se dice un canto a la coherencia. Basta con repasar lo que el propio "Chiqui" declaraba unos meses antes del Mundial (“La continuidad de Sampaoli no depende del resultado en Rusia”) y cómo actuó unas semanas después, eyectando de su cargo al casildense tras la eliminación en octavos de final. No tuvieron ni la delicadeza de ser prolijos con las declaraciones públicas con un par de meses de diferencia.

Cuesta creerles, pero cuando este jueves el propio Tapia anunció en las escalinatas de ingreso a la casa madre del fútbol que se tomarán el semestre actual para elegir al nuevo entrenador de la Selección Nacional y que de aquí a fin de año los partidos que se disputen en las tres fechas FIFA (muy probablemente 6 encuentros) serán dirigidos por Lionel Scaloni y Pablo Aimar, cuando destacó que no están urgidos por el tiempo como si lo estuvieron para elegir a Sampaoli ya que nos encontrábamos en la etapa final de las Eliminatorias, sinceramente hay que pensar que empiezan a hacerse las cosas bien. Que se están colocando los caballos por delante del carruaje, como corresponde. Que primero hay que definir un proyecto, palabra gastada por el uso pero que tiene un significado central. Y luego elegir al hombre encargado de llevarlo adelante. Los caballos (el proyecto) por delante del carruaje (el entrenador).

Hay un par de argumentos para entender el sentido de esta decisión. En principio, los entrenadores más apetecibles, los mejores, a los que hay que aspirar, hoy se encuentran trabajando. Empecemos por Simeone, el DT argentino de mayor prestigio y éxito en el mundo. Supuestamente, el Cholo rechazó un par de veces el ofrecimiento (cuando terminaron agarrando Martino, Bauza y Sampaoli). Supuestamente. En realidad, nunca hubo una propuesta formal. Y, por lo tanto, nunca hubo una respuesta formal. Oficial. Jamás lo vi a Simeone en un noticiero anunciando que no quiere agarrar la Selección. Siempre se manejó todo por trascendidos de allegados. “Se sabe que hoy el Cholo no agarraría”, “No le interesa”, “Está muy bien en el Atlético”, “Quiere esperar a que se retire Messi”, “Gana 10 veces más en España”. Todas hipótesis. Hoy, con la pretemporada hecha, con una plantilla diseñada por el propio Cholo (lo que incluyó inversiones millonarias en refuerzos), es imposible imaginar su salida del Colchonero. Por más que ame la camiseta de la Selección y la haya defendido como nadie, no puede dejar plantado a un club que a esta altura, ya muy cerca del inicio de una temporada, jamás podría conseguir un entrenador de elite que lo reemplace. Distinto es si se conoce una salida con varios meses de anticipación. Se puede trabajar buscando un reemplazante. Lo mismo vale para Mauricio Pochettino, Marcelo Gallardo y José Pekerman (con vínculo con la Selección Colombia hasta el 31 de agosto). Y hasta para Jorge Almirón.

A todos esos entrenadores, los mejores de nuestro país según la opinión de la mayoría, se los puede seducir con esa atracción emocional y única que significa la Celeste y Blanca. Pero nadie se va a inmolar por la causa. Deberán resignar muchas cosas (comodidad, idolatría y dinero) pero aún así necesitan cierta seguridad a cambio para que no les pase lo mismo que a Martino, Bauza o Sampaoli. Ese resguardo es la bendita palabra proyecto.

Tapia aseguró que piensa convocar a los ex entrenadores de la Selección para escucharlos. Citó a Menotti como diseñador del último gran proyecto. No es casual. Tapia seguramente pensó en los dos grandes lineamientos llevados adelante por Menotti a partir de 1974: la Selección como prioridad frente a los clubes y el reclutamiento de futbolistas en el interior del país. La famosa Selección del interior. Entonces, por dar un ejemplo que podría aplicarse ahora: si todos los dirigentes firman un compromiso de ceder a los futbolistas de sus equipos dos días a la semana para que trabajen con la Selección, nadie después podrá oponerse. Ese sería un elemento concreto del famoso proyecto. En esa dirección, si Simeone está decidido a cobrar una cuarta parte de lo que gana en el Aleti (por dar una cifra aproximada), ¿es lo mismo decirle “Cholo, venite a la AFA y después vamos viendo cómo nos manejamos con los clubes” a mostrarle en un papel, firmado por los presidentes de todos los clubes, un inciso del proyecto en el que se le asegure que tendrá dos días a la semana a cuanto futbolista del medio local se le antoje para entrenarlos en el predio? No, no es lo mismo. El Cholo (o Pochettino o Gallardo o Pekerman o Almirón) cobrará menos que en sus clubes pero tendrá cierta seguridad para poder llevar adelante su trabajo.

Con un proyecto concreto, diseñado después de consultar a gente del fútbol que sepa del tema y aporte sus conocimientos, se puede seducir a los mejores entrenadores que tenemos. Y con tiempo, sin urgencias, proyectando para el año que viene, mucho más. Faltaría un último punto: la unión completa, tantas veces declamada, de la dirigencia. En ese sentido, Daniel Angelici se juntó ayer con Matías Lammens no sólo por el pase de Sebastián Pérez sino para limar asperezas e invitar al presidente de San Lorenzo a ocupar un lugar en el Comité Ejecutivo de la AFA, y es muy probable que Marcelo Tinelli vuelva a acercarse a la Selección. Faltaría que tengan el mismo gesto con la dirigencia de River para terminar con las divisiones inconducentes y que el entrenador que asuma se sienta respaldado por todos los clubes del fútbol argentino. 

En ese sentido, que la AFA haya decidido parar la pelota, ponerla debajo de la suela y tomarse un tiempo para elaborar la mejor jugada es una muy buena noticia.