Consejos para aprovechar del sol de manera sana.

Salud

La piel tiene memoria

17/01/2018 | 07:12 | Lucir un bronceado atractivo resulta para muchas personas casi obligatorio y cualquier modo se considera válido para lograrlo. Si decidiste tomar sol, es fundamental que lo hagas de forma responsable.

El sol es el primer agente productor de piel prematuramente envejecida.

Las exposiciones reiteradas e indiscriminadas producen a largo plazo efectos indeseados y permanentes en la piel, los cuales se vuelven crónicos e irreversibles.

Estos efectos son el resultado de dosis acumulativas de radiaciones ultravioletas. Generalmente, los pacientes reconocen la relación entre el riesgo de padecer cáncer de piel y la exposición al sol.

Sin embargo, desconocen o ignoran las consecuencias de las radiaciones acumuladas año tras año. Mientras más sol una persona acumule a lo largo de la vida, mayor riesgo de complicaciones para la piel y la salud.

Las quemaduras solares producidas antes de los 18 años son las que resultan más nocivas, pese a que sus efectos no se evidencien hasta la edad adulta.

Además, en aquellas pieles más claras existen mayores posibilidades de daño.

Al sol, pero con cuidado

• Hasta el año de vida no se debe exponer a los niños al sol directo.

• Ante exposiciones indirectas ocasionales a partir de los 6 meses de vida, pueden utilizarse protectores solares (formulados con filtros biológicos para evitar alergias, resistentes al agua y de alta protección contra UVB y UVA), además de gorros, sombreros, anteojos, remeras de algodón o con filtro UV.

• Hasta los 3 años de edad, la exposición no debe ser prolongada.

• Evitar exponerse al sol entre las 10 y las 17 Hs, ya que los rayos solares caen con mayor intensidad.

• Aplicar los protectores solares al menos 20 minutos antes de la exposición solar y renovarlo cada 2 horas. Recordar que si se utiliza toalla es necesario colocarlo nuevamente de forma inmediata.

• Utilizar en forma habitual cremas protectoras solares que bloqueen la radiación UVA y UVB, de calidad reconocida, cuyo factor de protección solar sea mayor a 30.

• Es importante el control dermatológico posterior a la época estival para evaluar la piel en su totalidad luego de varios meses de exposición solar.

La edad no es excluyente. No hay razón para disminuir los cuidados frente al sol al adquirir mayor edad. Los excesos de sol son peligrosos en toda etapa de la vida.

Que las nubes no te engañen. Aunque las nubes atenúen la radiación UV, la radiación difusa es suficientemente intensa como para producir quemaduras, excepto que las nubes se encuentren bajas y sean de gran espesor.

Protección que caduca. Los filtros solares protegen, pero su eficiencia decrece tras su aplicación. No permanecer al sol más tiempo de lo que garanticen los factores de protección solar.

El calor no es parámetro. Los seres humanos no sienten la radiación UV, ya que ésta es absorbida por las capas más externas de la piel. Si no notas calor cuando estás al sol, no quiere decir que no te quemarás.

La importancia de realizar una consulta

La consulta al dermatólogo es aconsejable para aclarar dudas y personalizar el cuidado de la piel. Es importante que prestes atención a:

• Manchas inicialmente planas rosadas o rojizas, ásperas al tacto y cada vez más rugosas o escamosas.

• Bultos en la piel que crecen en forma sostenida en el tiempo.

• Lastimaduras que no cicatrizan a pesar de un tratamiento correcto.

• Lunares que cambian de color, con bordes irregulares, asimétricos y de un tamaño superior a los 6 milímetros.

Estos síntomas no significan que tu diagnóstico sea grave. Lo importante es realizar controles periódicos con tu dermatólogo para evitar futuras complicaciones.