La enfermedad escondida detrás del dolor

Salud

La enfermedad escondida detrás del dolor

30/08/2018 | 09:12 |

La Endometriosis afecta a 1 de cada 10 mujeres en edad reproductiva. Se asocia a menstruaciones dolorosas y a problemas de fertilidad.

Para muchas mujeres, su período menstrual representa un proceso de dolor intenso y de gran incomodidad, ocasionado por contracciones que se generan en el útero. Si bien en la mayoría de los casos este dolor no es considerado como un signo de alerta, es importante prestarle atención.

En edad reproductiva, el endometrio (tejido que tapiza el interior del útero) se prepara todos los meses para recibir un embarazo. Cuando esto no ocurre, en el día 28 aproximadamente, comienza un proceso de liberación de sustancia inflamatoria que ayuda al endometrio a desprenderse y generar la menstruación, la cual provoca dolor a nivel del útero. Por lo tanto, lo que duele es el útero y no los ovarios propiamente dichos.

En la conciencia generalizada de la mayoría de las mujeres, se considera que “la menstruación dolorosa es normal”. En muchas oportunidades, esta subestimación silencia los síntomas de la endometriosis y retrasa su diagnóstico entre 6 a 10 años en promedio.

En condiciones “normales”, el tejido que compone el endometrio sólo debe encontrarse dentro del útero. Cuando éste se ubica por fuera de la cavidad uterina se denomina endometriosis. Esta situación comienza a producir inflamación y liberación de endotoxinas en cada menstruación y, con el tiempo, podría llegar a generar quistes en los ovarios y adherencias entre los órganos, traducida en alteración anatómica de los mismos, dolor intenso y problemas de reproducción. Los síntomas más frecuentes con los que las pacientes llegan al consultorio están asociados al dolor, ya sea antes, durante o luego del período menstrual o al mantener relaciones sexuales, pudiendo estos signos agravarse y transformarse en un proceso crónico (dolor pelviano crónico).

Sin embargo, al tratarse de una enfermedad compleja, puede exteriorizarse de distintas formas, existiendo un grupo de mujeres que la padecen sin presentar síntoma alguno.

En muchas ocasiones, las manifestaciones de la endometriosis repercuten notablemente en la calidad de vida de quien la sufre, afectando sus relaciones de pareja, sociales y de reproducción, además de tener una fuerte carga emocional.

Se trata de una enfermedad ginecológica benigna y no contagiosa, que afecta a 1 de cada 10 mujeres en todo el mundo, con una edad promedio al momento de su diagnóstico de 28 años.

La única manera definitiva de detectar este trastorno es mediante la visualización directa de las lesiones y una biopsia del tejido afectado a través de una cirugía mínimamente invasiva (videolaparoscopía). Los demás estudios complementarios pueden generar sospecha, pero no permiten un diagnóstico certero, a lo que se suma que la confirmación de esta enfermedad no resulta simple para un médico no entrenado en dicha patología. Aproximadamente, a un 40% de las mujeres que durante años se encuentran en la búsqueda de un embarazo y no lo logran, se les diagnostica endometriosis. Si bien cada paciente es particular y resulta fundamental considerar el estadio de la enfermedad y su tratamiento, en la mayoría de estos casos es posible lograr un embarazo natural o con la ayuda de alguna técnica de reproducción asistida.

Pese a que en la actualidad su pronóstico es bueno y es posible tratarla, no existe hasta la fecha una cura para la endometriosis y poco se sabe sobre sus causas.

Existen diferentes alternativas terapéuticas según la sintomatología, la edad de la paciente y la etapa reproductiva en la cual se encuentre, es decir, no todos los tratamientos para la endometriosis son iguales para todas las mujeres. Algunos de ellos estarán destinados a controlar el dolor, para lo cual puede indicarse analgésicos, un tratamiento hormonal, quirúrgico o la combinación de todos ellos. A través de la cirugía el profesional podrá realizar el diagnóstico, delimitar y estadificar la enfermedad (determinar cuánta afectación existe), y realizar un tratamiento según el caso y necesidad de la paciente. La intervención quirúrgica puede ser conservadora, en la cual se extirpa y coagulan focos endometriósicos, restituyendo la anatomía normal, ya que se busca un embarazo; o radical, extirpando sólo el útero y los focos endometriósicos (en casos severos, además del útero, también pueden retirarse trompas, ovarios u órganos afectados) en una misma y única cirugía, opción reservada para mujeres que ya cumplieron su etapa reproductiva y gestacional.

Si bien existe una gran cantidad de mujeres afectadas por esta patología y su frecuencia supera la de enfermedades como la diabetes o el asma, la endometriosis es prácticamente desconocida por la sociedad.

La comunidad médica, los grupos de autoayuda y las organizaciones de mujeres que sufren esta enfermedad ginecológica, intentan día a día brindar información y concientizar sobre su existencia.

Sanatorio Allende cuenta con especialistas en endometriosis que trabajan de forma multidisciplinaria el abordaje de esta patología, analizando a cada paciente de forma personalizada, brindando la información y contención necesaria, e individualizando el tratamiento específico para lograr el mejor resultado posible.

Servicio de Ginecología de Sanatorio Allende.