Política y Economía

Yo soy del setenta (2)

14/12/2011 | 21:38

Así como el tango dice: Yo soy del treinta, cuando a Yrigoyen lo embalurdaron. Yo soy del setenta, cuando a los jóvenes nos embalurdaron. Como decía en la 1ª. Parte, pertenezco a una generación que creía, algunos convencidos y otros movidos por disntintos intereses, que el retorno de Perón a la Patria significaría retomar los valores que se perdieron en el 55.

El peronismo estaba claramente dividido. Un sector reaccionario al que pertenecía la llamada “Burocracia Sindical”, muchos ex militares peronistas, políticos conservadores que extrañaban sus puestos, una juventud que era adoctrinada por éstos y la esposa y el secretario privado del General.

Estos estaban organizados en la CGT y los jóvenes trabajadores integraban la Juventud Sindical Peronista. Los políticos estaban ubicados en el PJ, que disputaba lugares de conducción con los más jóvenes que inspirados en John William Cooke, procuraban darle un carácter revolucionario más próximo al Che que al propio Perón.

La juventud peronista que respondía a los sectores llamados de derecha era la JPRA, llamada peyorativamente JPERRA.

Perón, que al fin y al cabo era un estratega militar, coqueteaba con los dos. “Para hacer ladrillos también hace falta bosta”, era la frase que lo justificaba.

Claro, nadie sabía a quién se refería con este calificativo. Le dio un guiño a los sectores más combativos del peronismo colocando a Rodolfo Galimberti como Secretario General de la Juventud y Juan Manuel Abal Medina del Partido.

Pero simultáneamente tenía una excelente relación con Lorenzo Miguel, jefe de la UOM y 62 organizaciones, y José Ignacio Rucci, del mismo gremio y líder de la CGT.

Antes que éste pasaron personajes como Augusto Timoteo Vandor, José Alonso, Rogelio Coria, todos asesinados.

La derecha moderada del peronismo tenía su corriente: El Trasvasa miento Generacional (frase de Perón), del cual dependía el FEN (Frente Estudiantil Nacional), sector universitario. A éste pertenecían Lorenzo Gatica, José Manuel De La Sota, José Domingo Coronel y otros jóvenes que se hicieron cargo de la Municipalidad de Córdoba, cuando falleció el intendente Avalos, electo por el pueblo.

Por su parte, los sectores más combativos, que convocaban a millones de jóvenes, se cobijaban bajo la sigla Tendencia Revolucionaria. A ella pertenecía el sector político más progresista. La JTP (Juventud Trabajadora peronista) se contraponía a la JSP, la JUP era el brazo universitario, fundamental en esos tiempos y la UES, los chicos del secundario.

Esos sectores del peronismo son los que participan activamente de movimientos como El Cordobazo, basados en el Mayo Francés de un año antes, que logra la caída nada menos que de Charles De Gaulle (héroe de la Segunda Guerra Mundial).

Aquí no cae ningún héroe, sino que debilitan al dictador Onganía, más inspirado en Franco que en De Gaulle. Luego del cordobazo, debió echar nada menos que al artífice de la política económica: Adalbert Krieger Vasena. Exactamente un año después, el secuestro de Aramburu produce su derrumbe.

La Tendencia, con la simpatía de Perón, se encolumna detrás de Montoneros, quienes junto a FAP y FAR, constituían el brazo armado de la izquierda Peronista.

El debut de Montoneros fue el secuestro de Pedro Eugenio Aramburu y su ejecución posterior.

Otro hecho resonante se produce con la toma de La Calera, donde muere Emilio Maza, es herido Ignacio Vélez y participa José Fierro (todos subtenientes de reserva del LMGP al igual que el jefe Montonero Fernando Vaca Narvaja y Juan Schiaretti, líder estudiantil del Cordobazo y del Peronismo de Base).

De esta manera termina la autoproclamada “Revolución Argentina” que venía a quedarse pero recibió tiros por parte de la guerrilla, paros de la CGT y presiones del PJ y otros partidos democráticos que formaron La Hora del Pueblo.