Gastronomía local
09/06/2021 | 10:29 | La Paila tiene más de 30 años en el mercado y todos sus productos son parte de la tradición de la familia de Coni González. Ella se encargó de recuperar cada una y llevarla a su local.
La Paila es sinónimo de familia y de sabores que se transmiten de generación en generación. Todo empieza gracias a Coni González, quien hace 27 años, empezó a hacer algunas de las recetas que había heredado de su familia.
Sus primeras producciones, que consistían en nueces confitadas y dulces de frutas, empezó en el patio de su casa. Fue tal el recibimiento de los paladares que las probaban que el emprendimiento empezó a crecer.
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"En mi niñez tuve la dicha de conocer el aroma a leña y a dulce casero; de construir junto a mi padre el hornito de adobe y de repasar con cucharita los restos de dulce de las pailas", dice en un escrito Coni.
De Córdoba al país
En el local, que inauguraron recientemente en Duarte Quirós 185, no sólo se pueden probar sabores cordobeses como las famosas colaciones, sino también de otras provincias como: nueces confitadas, alfajores de miel de caña, alfajores santafesinos, entre otros.
Estas recetas también son rescatadas por la familia y llevadas al público. Hace dos meses, La Paila también se expandió y hace envíos a diferentes partes del país como Buenos Aires y Rosario.
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Sin conservantes
La Paila tiene otras propuestas como dulces caseros de frutas, escabeches, mentitas, bocaditos de membrillo y muchas delicias más.
Ninguno de los productos que fabrican tiene conservantes, por lo que son 100% frescos y artesanales. Esa característica viene también de familia: Coni la mantuvo en cada una de sus recetas y su hijo, Gabriel Acosta, continúa con ese legado.