#Cadena3Mundial

Día 4: Gracias querido Mundial

17/06/2018 | 20:00 |

El inesperado empate de Brasíl, el histórico triunfo de México y el análisis de otra jornada vibrante de la Copa del Mundo.

Diego Borinsky

El Mundial tiene estas cosas tan lindas. Juegan las mejores selecciones del mundo y por lo tanto vemos el mejor fútbol, sí; también vibramos con el sueño latente de ver a Messi y compañía levantar la Copa, por supuesto, pero este triple o cuádruple turno que nos regalan las fases de grupos nos invita a cambiar de camiseta y sufrir los partidos de otras selecciones como si estuviera jugando la nuestra.

Vamos a ser sinceros: ¿quién no se mordió las uñas, no apeló a las cábalas habituales o se agarró bien fuerte al brazo del hijo, mujer o amigo cuando Alemania empezó a cascotearle el rancho a México en los minutos finales de su partido y luego, ya consumada la hazaña, se fue a almorzar con una sonrisa en el rostro? ¿Quién no soltó un sonoro “vamos carajo”y apretó los puños al levantarse del sillón cuando el árbitro pitó el final de Suiza-Brasil y paladeó el café con un gustito especial? Sí, está bien, Argentina tropezó con Islandia, jugó de regular para abajo, y se complicó un poco la clasificación. Hay riesgos de volvernos en primera ronda, sobre todo si no hay un golpe de timón y cambia el funcionamiento. Hay que mirar para adentro, no desearle el mal a nadie, pero la verdad: ¡qué domingo hermoso!

Hoy jugaron sus partidos dos de los tres grandes candidatos a ganar el título, según la opinión de la mayoría (a la que me sumo). Ya había empatado 3-3 España con Portugal, dándole por momentos un baile. No pudo ganar porque se topó con Cristiano Ronaldo. Hoy tampoco lograron arrancar victoriosos ni Alemania, que cayó 1-0 ante México, ni Brasil, que igualó 1-1 frente a Suiza luego de ir en ventaja. La conclusión a vuelo de pájaro resulta evidente: aunque los candidatos siguen siendo los candidatos y es casi imposible que la Copa la levante un novato, hay que decir que el fútbol se emparejó. Y que son unos cuantos los capaces de complicar al mejor equipo.

Digamos que México jugó un partidazo, que su gol en el PT hizo temblar la tierra en su propio territorio según el registro de los observatorios (como si no tuvieran suficiente con los terremotos que la han destruido) pero así y todo Alemania le creó una decena de situaciones de gol. No mereció irse derrotado. Lo mejor que tiene México es su irresponsabilidad para jugar. Su osadía, su desparpajo. Lo peor que tiene México es su irresponsabilidad para jugar. Su falta de gen competitivo, el festejo alocado de hoy como si ya fueran campeones del mundo. Mañana son capaces de perder con Corea del Sur.

Brasil arrancó como para asustar a todos: presión asfixiante, combinaciones lujosas, superioridad territorial. Se puso en ventaja con un zapatazo de afuera de Coutinho digno de la mejor escuela de pateadores brasileños (que los tuvieron y en gran cantidad durante todas las épocas), pero falló en un córner (un karma histórico) y luego no estuvo preciso para llevarse la victoria. Convengamos que creó también media docena de situaciones, incluyendo dos en tiempo de descuento. En ese rubro, nuestra selección estuvo lejísimos ante Islandia: empatamos pero casi no generamos situaciones de gol. Eso es lo más preocupante.

Fue una jornada curiosa la que completó estos cuatro días de competición. Alemania cortó una racha de 7 Mundiales consecutivos ganando en su primer partido desde que empató 1-1 con Uruguay en México 86. Nuestro verdugo de los últimos 3 Mundiales (nos ganó por penales en cuartos de Alemania 2006, por 4-0 en la misma instancia de Sudáfrica 2010 y en la final de Brasil 2014) deberá estar atento: 3 de los últimos 4 campeones del mundo se fueron en primera ronda. Repasemos: Francia (campeón 98) no la superó en Corea Japón 2002; Italia (campeón 2006) se marchó en primera fase de Sudáfrica 2010 y por último, la España campeona de Iniesta en 2010 no pisó los octavos en Brasil 2014. No vaya a ser cosa.

Con Brasil hay que ir un poco más para atrás todavía para encontrar el último Mundial que empezó sin ganar. Hasta Argentina 78: aquel partido insólito en Mar del Plata en el que empató 1-1 con Suecia y en el que convirtió un gol en la última jugada, pero el juez no lo convalidó porque pitó el final cuando la pelota estaba viajando al área desde el córner. Hoy sería un escándalo. Como el Scracht estuvo en todas las Copas, han sido nueve consecutivas las que arrancó con la tranquilidad del triunfo. Veremos si los afecta anímicamente o no. Tiene demasiado potencial para que lo afecte, pero nunca se sabe.

De todos modos, esta nueva velada permitió descubrir que todos los equipos, desde Costa Rica a Serbia, de México a Suiza, de Brasil a Alemania se pasan la pelota mejor, más rápido y más fuerte que los nuestros. Pareciera que hay que revisar los palotes, las herramientas básicas del juego (pase y control) para que el tránsito por la mediacancha hacia el área rival no sea tan predecible como ante Islandia. Como en los últimos cuatro años, en realidad. Ojalá reaccionemos a tiempo. Mientras tanto, hoy vibramos y sufrimos como si jugaran los nuestros. Gracias querido Mundial.

Por Diego Borinsky.