Día 18: Sampaoli y sus sucesores

Entre el alivio y la depresión. Después de la eliminación de Argentina en un Mundial, ya no sentimos cosquillas en la panza que atenten contra el sueño natural de todas las noches. Uno mira de reojo cómo continúa la programación de partidos y no sabe si clavarse 10 capítulos seguidos en Netflix de la serie que pedimos urgentemente que nos recomienden o disfrutar un poco del mejor fútbol del planeta y ver si tenemos la suerte de ganar algún premio en los numerosos Prodes en los que participamos. Ya nada es igual.

Observar cómo España es eliminada en los penales por un limitadísimo equipo ruso, que sólo se preocupa por mantener bien juntitas dos líneas de cinco, alivia un poco la carga, tampoco seamos hipócritas. Por supuesto no resuelve nuestros problemas futbolísticos de fondo (y mucho menos los más importantes, los que nos afectan en el día a día), pero nos hace sentir no tan solos en la travesía. Si Italia ni siquiera llegó a Rusia, Alemania se marchó en primera ronda y España es eliminada en octavos, al menos ya la mitad de los campeones del mundo (4 de 8) nos hemos ido prematuramente. No estamos tan solos en la congoja. Lloramos acompañados de otros grandes.

¿Qué ocurrirá el día después del día después? Me refiero al futuro del entrenador. Aunque Sampaoli, en su primera respuesta de la conferencia de prensa posterior a la caída ante Francia, dijo que no piensa en renunciar y hasta señaló que hay futbolistas jóvenes para pensar en un recambio, "Chiqui" Tapia y sus amigos le harán ver que tiene que irse. Que le hayan firmado un contrato por cinco años, con un Mundial tan cerca del inicio, es un despropósito más de una AFA desorientada. Sampaoli no tuvo tiempo de trabajo y debió tomar un fierro caliente en la Eliminatoria, pero hizo todo mal. No sólo hablamos de un resultado deportivo, que parece maquillado por un 4-3 ante una gran Francia. Argentina en este Mundial no le pudo ganar a una Islandia semiamateur, fue cacheteada por una Croacia que tampoco es Holanda del 74 (pasó a Dinamarca por penales), se mantuvo en competencia por una victoria de Nigeria y le ganó agónicamente a los africanos en un partido muy parejo. Fue la peor de las 16 clasificadas a octavos (sumó 4 puntos como Japón, pero con peor diferencia de gol) y después se mantuvo milagrosamente en partido ante una Francia que la pasó por arriba.

Pero más allá de estos resultados, Sampaoli perdió la credibilidad ante el grupo de futbolistas con sus constantes cambios y sus planteos insólitos. La AFA no está en condiciones de pagarle una indemnización de 10 o de 20 millones de dólares, como debería hacerlo si se corta el vínculo antes de la Copa América 2019. Si una de las partes tiene la convicción de que el vínculo no tiene futuro, antes o después, con más o menos dinero, se terminará cortando. Y luego llegará la pregunta: si se va Sampaoli, ¿quién debe reemplazarlo?

Más allá de los gustos, hay un consenso de que "El Cholo" Simeone es el entrenador argentino de mayor prestigio mundial. Lo ha certificado durante más de una década. El tema es que desde hace varios años viene señalando que el de la Selección es un cargo que a él le gustaría tomar de grande, en una etapa final, con toda la experiencia ya acumulada. A los 60 años, digamos. Tiene contrato vigente con el Atlético de Madrid, se siente muy cómodo allí y, aunque nunca hubo un ofrecimiento formal del cargo, es sabido que lo rechazó, a través de allegados, en más de una ocasión. Parece muy difícil que agarre, más con el descontrol dirigencial que gobierna la AFA. Mauricio Pochettino, de excelentes campañas en el Tottenham, seguiría la misma senda, aunque sin tanto consenso popular.

Para el final, asoman dos nombres. Hace unos días, Ricardo Caruso Lombardi aseguró que ya estaba todo arreglado para que el entrenador fuera Ricardo Gareca. Caruso suele decir unos cuantos disparates, pero también cada tanto cuela alguna buena información. Tiene contactos. Sería una opción pacificadora, con Oscar Ruggeri (amigo del alma de Gareca desde sus inicios en Boca) de manager y algunos campeones del 86 también involucrados en las juveniles. Ya hemos visto en este tiempo que "Chiqui" Tapia escucha bastante a Ruggeri. El otro nombre se cae de maduro: es el de Marcelo Gallardo, quien se ha ganado la idolatría del hincha de River y un respeto muy grande del resto de los aficionados.

Gallardo no se sentiría muy cómodo con esta dirigencia encabezada por Tapia y Angelici, aunque manifestó en más de una ocasión que a Chiqui no lo conoce ni lo ha tratado jamás. Por otro lado, vale decir que es muy hincha de la Selección. Durante charlas para la elaboración de su biografía, me confió que había llorado cuando saltó el doping de Maradona en el Mundial 94. Y eso que ya llevaba un año como futbolista profesional de River. Llegado el caso, habrá que ver si le proponen a Rodolfo D’Onofrio como dirigente a cargo de las Selecciones Nacionales para que sea su nexo permanente. No habría que descartar esa opción. Esto recién comienza.