Capítulo 9: pasión y gloria deportiva

Rosario no solo se asoma al Paraná; se asoma al mundo a través del fútbol. En el noveno capítulo de la serie documental "Rosario: Orgullo Argentino", el reconocido periodista y narrador deportivo Claudio Giglioni se sumerge en el corazón de esta pasión inigualable. 

Más que un juego, el fútbol es un componente esencial de la identidad rosarina, una herencia que se forjó en la rudeza de los talleres ferroviarios y creció hasta estallar en los estadios más emblemáticos.

El recorrido de Giglioni es un viaje emocional que comienza donde el juego echó raíces: en los primeros potreros y en las viejas instalaciones del tren, donde la pelota comenzó a rodar hace más de un siglo. 

Esta tradición se consolidó con el tiempo, dando vida a una cultura futbolística dual, intensa, marcada por los colores que dividen y unen a la ciudad.

El capítulo desentraña cómo Rosario edificó una verdadera escuela de formación, desde la cantera rojinegra en el Parque Independencia hasta la efervescencia que se vive en el Gigante de Arroyito. En cada barrio, las ilusiones de los chicos se forjan en el barro de los potreros, replicando el espíritu aguerrido y talentoso que caracteriza a sus grandes figuras.

Voces y leyendas: el legado de la cuna de ídolos

Para trazar este mapa de pasión, Giglioni reunió en octubre de 2025 voces emblemáticas que vivieron y construyeron la historia deportiva de la ciudad. 

Personajes como Jorge Broun, el arquero referente; Roque Raúl Alfaro, símbolo de una era; Víctor Gallo y Carlos Novillo, testigos y protagonistas de la pasión en las tribunas; y Juan Echeverría, comparten sus memorias. 

Sus testimonios son el pulso de un sentimiento que atraviesa las generaciones y convierte al deporte en un vehículo de orgullo y pertenencia.

Más allá de los referentes locales, la historia de Rosario se proyecta con una luz propia gracias a sus hijos pródigos: Lionel Messi y Ángel Di María. Aunque sus caminos hacia la gloria fueron distintos —uno forjado en La Masía tras sus inicios en Newell''s, el otro emergiendo desde el Canalla—, ambos comparten el mismo origen humilde y la misma devoción por la bandera celeste y blanca.

Ellos son el testimonio viviente de que el espíritu deportivo de la ciudad no conoce fronteras. Cada gambeta, cada gol y cada título conquistado alrededor del mundo lleva consigo el fervor del potrero rosarino, un orgullo que los convirtió en símbolos universales de talento y garra.

Este capítulo de "Rosario: Orgullo Argentino" no es solo un repaso histórico; es una celebración de una cultura donde el deporte se entrelaza con la identidad, confirmando por qué esta urbe es, sin lugar a dudas, una auténtica capital futbolera en el mapa mundial.