La historia de Ángelo Barrera: del estudio en la peatonal, al título de técnico

La historia comenzó con una foto: un chico de 12 o 13 años, sentado en una banqueta improvisada en plena peatonal cordobesa, aprovechando cada minuto libre para estudiar mientras sus padres trabajaban como vendedores ambulantes. Esa imagen, tomada en 2019 por una transeúnte llamada María Eugenia López, se viralizó sin que nadie imaginara que aquel gesto espontáneo sería el punto de partida para transformar la vida de Ángelo Barrera.

Hoy, con 18 años recién cumplidos, Ángelo acaba de recibirse como técnico mecánico en el Instituto Técnico Renault y se prepara para iniciar el terciario en Técnico Superior Automotor, un sueño impensado para aquel niño que estudiaba en la calle entre gritos de venta y jornadas interminables.

En diálogo con Cadena 3, Ángelo compartió una historia atravesada por la humildad, el sacrificio familiar y un agradecimiento que repite como un mantra: “Todo lo que soy es gracias a mis padres”.

“Mi escritorio era una banqueta en la peatonal”

Ángelo recuerda con precisión su viejo “escritorio”: una banqueta, a veces dos sillas soldadas, donde armaba su cartuchera y cuadernos. Mientras tanto, su papá pasaba horas ofreciendo medias y ropa interior, a los gritos, para sostener a la familia.

“Mi viejo gritaba más fuerte cuando me veía estudiar. Como que se emocionaba y le daba más ganas de vender”, contó.

Su madre, mientras tanto, era —dice él— “la que hace milagros con la comida y nunca dejó que me faltara la ropa limpia”.

Con la pandemia, la situación se volvió crítica: la familia perdió su puesto en el centro y “se comió la mercadería para sobrevivir”. Aun así, Ángelo siguió estudiando.

El día que una foto cambió un destino

La imagen que captó María Eugenia López no solo se viralizó: puso a Ángelo en el radar de docentes, medios y finalmente de Renault, la fábrica que —tras verlo en una nota de Canal 12— decidió becarlo. Primero, para estudiar el terciario. Luego, le ofreció también cursar el secundario completo en el Instituto Técnico Renault.

“Cuando me dijeron que iba a hacer el secundario en Renault, no lo podía creer. No estaba en la tierra. Dios me bendijo de una forma increíble”, recordó emocionado.

Eduardo Casanaves, director de la institución, lo llamó personalmente para darle la noticia.

Un padre como guía y ejemplo

Durante toda la entrevista, Ángelo vuelve una y otra vez a la figura de su papá, hoy servidor urbano: “Mi padre es todo lo que yo soy. Me dio mis valores, mi forma de ser. Él no tuvo oportunidad de estudiar y siempre me dijo: lo que aprendas, lo que estudies, es para vos. Sembrás en vos mismo”.

La memoria de su infancia lo sigue marcando: “Lo veía 12 o 14 horas gritando para vender. Yo no podía no esforzarme. Sería una falta de respeto”.

La voz de María Eugenia: “Nunca dejes de agradecer, eso trae cosas lindas”

Desde la audiencia, María Eugenia —la mujer que captó la famosa foto— envió un mensaje conmovedor. Le recordó que todo ocurrió sin planearlo, que simplemente lo vio estudiando bajo el frío y quiso mostrarle a sus hijas el ejemplo de perseverancia.

“Estoy muy orgullosa de vos. Nunca pares de valorar, nunca pares de agradecer, porque eso trae más cosas lindas”, le dijo entre lágrimas.

Ángelo respondió con la misma humildad que lo caracteriza: “Vos me ayudaste a aclarar mis metas. Me encontraste como a un pequeño ángel con ganas de volar. Ojalá pueda devolver todo ese amor ayudando a otros chicos como yo”.

Un mensaje a los jóvenes: “Todos pueden. No soy un extraterrestre”

Durante la charla, llegaron decenas de mensajes al estudio: padres, docentes y oyentes que agradeaban el ejemplo de Ángelo y el rol de sus padres. Él escuchó cada uno con humildad.

“Todos los jóvenes pueden. Yo no soy nadie especial. Solo valoré a mis padres y estudié. El amor de un padre y una madre te empuja. Un abrazo te da fuerzas para seguir”, afirmó.

También pidió a los adultos que acompañen a sus hijos con afecto: “El amor todo lo puede. Cuando mi papá me abrazaba, me daban más ganas de estudiar. Cuando mi mamá decía ‘te quiero’, yo seguía”.

El futuro: un vuelo a Bariloche y nuevas metas

Por primera vez en su vida, Ángelo está por subirse a un avión. Viajará a Bariloche en los próximos días, otro sueño cumplido.

“Tengo miedo, pero también alegría. Es la primera vez que voy a volar”, confesó entre risas.

Sigue con su formación técnica, pero no descarta otro objetivo grande: “Siempre quise ser mecánico o abogado. Ya soy técnico mecánico… quizá algún día también sea abogado”.

Al final de la entrevista, Ángelo pidió que sonara “Mi querido viejo”, de Piero, como homenaje a su padre. Lo escuchó con los ojos brillosos, consciente de que detrás de cada logro hay una historia de sacrificio silencioso.

“Todos podemos. Hay que seguir luchando, porque en algún momento vos también vas a poder ayudar a alguien, así como me ayudaron a mí”.

Ángelo Barrera ya no estudia en una banqueta de la peatonal. Ahora tiene un título, un futuro abierto y un mensaje que resonó en miles de oyentes: la esperanza no es un discurso; a veces es la historia real de un chico que decidió no rendirse nunca.

Entrevista de Rony Vargas.