El Museo de la Cervecería Córdoba, un viaje a un emblema de barrio Alberdi

Visitar hoy el Museo de la Cervecería Córdoba es emprender un viaje al pasado de la ciudad y de su identidad obrera. Entre viejas botellas, fotografías y recuerdos, el museo rescata la memoria de una de las industrias más emblemáticas del siglo pasado: la fábrica que desde 1917 se levantó sobre las márgenes del río Suquía y transformó para siempre la vida del barrio Alberdi.

Fundada por la familia Meyer y Marín Agst, la Cervecería Córdoba simbolizó el auge de la modernidad y la industrialización. Con el tiempo, se convirtió en una fuente de trabajo y progreso para cientos de familias, especialmente de inmigrantes alemanes. La fábrica creció, cambió de dueños y atravesó todas las etapas de la historia argentina: del esplendor, al ocaso; de la nacionalización, al cierre definitivo.

Durante décadas, la planta no solo fue un espacio de producción, sino también de comunidad. A su alrededor se levantaron casas, escuelas, clubes y sindicatos. El “Club Cervecería Córdoba”, con su cancha de básquet pionera, fue un punto de encuentro social y deportivo, mientras que las fiestas del 1° de mayo y las chopeadas familiares consolidaron una identidad colectiva que trascendió los muros de la fábrica.

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El final llegó en los años 90, cuando la crisis económica y la concentración empresaria marcaron el cierre definitivo. La demolición de su chimenea fue vivida como una herida profunda por los vecinos: un símbolo que caía, arrastrando consigo parte del pasado industrial de Córdoba. “Era nuestro faro, como la Torre Eiffel del barrio”, recuerdan los antiguos trabajadores y vecinos de Villa Páez y Alberdi. 

Hoy, ese espíritu resiste en el museo que homenajea su legado. Impulsado por vecinos, ex empleados e historiadores, el espacio busca mantener viva la memoria de un emblema de la Córdoba trabajadora. 

En ese marco, Cadena 3 habló con Dante Martínez (ex trabajador de la Cervecería Córdoba y vecino de Alberdi), que trabajó desde 1983 hasta el cierre; Jorge Gaiteri (ex repartidor de la cervecería), y Marta, una mujer de 98 años vecina de toda su vida del barrio (vive en calle Tablada, a media cuadra de cancha de Belgrano y de la ex Cervecería), quienes hablaron con emoción sobre la impronta fábrica.

Además, Los 4 del Suquía le pusieron música y emoción al recorrido de la mañana del domingo.

Entre relatos, fotos y objetos originales, la Cervecería Córdoba revive como testimonio de una época en la que el trabajo, la comunidad y la industria forjaban el pulso de una ciudad que no olvida su historia.

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Informe de Orlando Morales