Rodrigo Aliendro, el corazón del River de Demichelis

Dicen que el tiempo es un juez sabio y que, eventualmente, pone a cada uno en su lugar. Pero también es cierto que en el mundo del fútbol, así como en la vida, hay caminos tan duros y esperas tan largas, que hasta el espíritu más fuerte puede quedarse sin energías antes de llegar a destino.

Rodrigo Aliendro, una de las figuras del River de Martín Demichelis, transitó durante largos años aquel camino de sacrificios, sin obtener recompensa alguna. Más de una vez estuvo a punto de tirar la toalla. Y sin embargo, a los 32 años, alcanzó un nivel superlativo que lo puso entre los mejores del fútbol argentino en el 2023.

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Hubo un momento de su vida en el que la única razón por la que seguía jugando al fútbol era la insistencia de su mamá. Tenía 18 años, había dedicado toda su vida a la pelota y apenas si peleaba por ganarse un lugar en el banco de suplentes en las inferiores de Chacarita. Venía de quedar libre en River y Argentinos Juniors. No sabía cuánto más podía aguantar en la lucha por su sueño.

Finalmente, tuvo su debut profesional con 21 años. Fue en un partido de Copa Argentina contra San Lorenzo, en el que erró el segundo penal para su equipo en la definición desde los once pasos y Chacarita quedó afuera. Fue un presagio de lo que vendría para él en el “Funebrero”: nunca pudo ganarse el puesto, el equipo descendió a la B Metropolitana y el técnico le comunicó que no lo iba a tener en cuenta.

Aliendro terminó yéndose a préstamo a Ituzaingó, club de la Primera C, con el objetivo de sumar minutos. Fue una etapa difícil en su vida: por las mañanas entrenaba en el club, y por las tardes trabajaba como delivery para poder llegar a fin de mes. Se destacó en una categoría muy dura, pero Ituzaingó se fue al descenso. Su carrera seguía en caída libre.

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Rodrigo tuvo que volver a Chacarita con la cabeza gacha, pero su segundo paso en el “Funebrero” fue distinto a lo que había demostrado anteriormente. Bajo las órdenes del “Negro” Gamboa, empezó a sumar minutos y sorprendió al cuerpo técnico con su versatilidad en la mitad de la cancha. Casi de repente, su destacado rendimiento en la B Nacional le permitió dar el primer gran salto en su carrera.

Juan Manuel Azconzábal, que había jugado en Chacarita muchos años antes, lo sumó a su proyecto en Atlético Tucumán. Con 25 años, Aliendro plantó bandera en la Primera División del fútbol argentino, y no dejó pasar su chance. Le tocó disfrutar uno de los momentos más importantes en la historia del equipo tucumano, que se acostumbró a jugar competencias internacionales. Fue el inicio de una nueva etapa en su carrera profesional.

En el 2019, se mudó de Tucumán a Santa Fe para defender los colores del “Sabalero”. En Colón, Aliendro no solo se convirtió en una de las grandes figuras del equipo, sino que se dio el gusto de gritar campeón. Fue el autor del primer gol en la final de la Copa de la Liga contra Racing en el 2021, primer título oficial en la historia del club santafesino.

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Poco tiempo más tarde, le hizo dos goles a River en el Monumental, llamando definitivamente la atención de los grandes clubes de Buenos Aires. Un año más tarde, estaba firmando contrato con “el Millonario”. A pesar de recibir llamados de Boca e Independiente, lo convenció la insistencia de un hombre en particular: Marcelo Gallardo.

Aliendro llegó a River con la banca del técnico, pero arrancó peleado con la suerte. En su debut en Copa Libertadores contra Vélez, sufrió una lesión impactante después de recibir un codazo en el aire, lo que lo dejó fuera de juego por un tiempo. Luego, fue expulsado injustamente en un partido contra Godoy Cruz, desatando el enojo de Gallardo, y sufrió una lesión grave en la mandíbula en el clásico contra Boca.

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A pesar de todas las adversidades, y tras la llegada de Martín Demichelis a la dirección técnica, Aliendro se convirtió en una pieza clave en el esquema de River. Con su capacidad de recuperación, sacrificio y pase desde la mitad de la cancha, se transformó en la válvula de equilibrio de un equipo que ataca sin parar.

Dicen que el tiempo es un juez sabio y que, eventualmente, pone a cada uno en su lugar. A sus 32 años, Rodrigo Aliendro cosecha los frutos de su esfuerzo. Luego de años de lucha en el ascenso, no solo se ganó un puesto en el once inicial, sino que logró convertirse en el corazón futbolístico del sorprendente River de Martín Demichelis.

Texto y edición: Agustín González. Narración: Raúl Monti