Señales del día después: Macri con las botas puestas

Opinión

Señales del día después: Macri con las botas puestas

30/04/2019 | 14:31 |

El ministro de Producción y Trabajo le bajó el tono a la medida de fuerza. "Estamos ante un paro con más intencionalidad política que por un reclamo legítimo de los trabajadores", dijo a Cadena 3.

Adrián Simioni

En el primer día de vigencia del cuarto régimen cambiario en seis semanas, la administración Macri envió al menos dos señales para que el mercado interprete de qué se trata.

Por un lado, el Banco Central cambió la manera de informar la evolución diaria de reservas. Hasta el viernes, la entidad mostraba si sus reservas en dólares bajaban o subían y detallaba por qué: si era por el pago o el cobro de deudas externas del sector público o privado, si era por ventas en el mercado cambiario, etc. Ahora sólo se informa la variación global. La razón es que el Central no quiere que los especuladores o inversores sepan si está o no operando con dólares para calmar la volatilidad del mercado ni cuántas reservas está reventando para ese fin. Es decir que ahora, luego de lograr que el FMI le permitiera violar su propia biblia y vender dólares, el BCRA se reserva una máxima discrecionalidad para intervenir. No quiere que nadie tenga una pista. Sandleris va a jugar al gato y al ratón con los que quieren multiplicar pesos en los bancos y pasarse a dólares justo antes de una megadevaluación.

La otra señal, más importante tal vez, tiene que ver con la tasa de interés. Hoy, en la primera subasta de Leliq, la tasa promedio que se pagó fue de 73,9%, un récord. Y una lápida para la economía. Implica decir, en este primer día, que el gobierno quiere vender dólares sólo para suavizar su volatilidad, que no va a quemarlos de a toneladas, como hizo el año pasado, para impedir que suba o para bajarlo, de modo que actúe como ancla de la inflación. 

Semejante tasa implica decirle al mercado que el apretón financiero continúa y que el control de la base monetaria, pese a todas las críticas que ha recibido por su falta de eficacia inmediata y su efecto recesivo, sigue siendo la herramienta de Sandleris y el FMI para bajar la inflación, junto al ajuste fiscal del Estado que hace Dujovne.

O sea que la señal es que Macri sigue con las botas puestas. Puede que la inflación y la recesión le amputen las pocas chances que le quedan de ser reelegido. Pero no va arriesgar el eje de su acuerdo con el Fondo, la baldosa más estable que tiene para llegar con normalidad a diciembre.