El Arzobispado de Paraná planteó normas para prevenir abusos
Follonier: "El decreto lo hace legislación de la Iglesia"

Inédita medida

En Paraná impiden que los curas estén a solas con chicos

05/04/2018 | 08:18 |

El Arzobispado aprobó un protocolo para "prevenir y concientizar" los abusos a menores. “Es una norma de protección para todos”, dijo la licenciada en Derecho Canónico, María Inés Franck, a Cadena 3.

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El arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, aprobó un protocolo para "prevenir y concientizar" a los feligreses sobre "la gravedad que revisten los abusos a menores de edad" y establecer "normas de actuación" que ahora se deberán seguir en casos de denuncias de esos delitos.

Se trata de las "Normas arquidiocesanas de comportamiento en el trato con menores de edad y adultos vulnerables", y del "Protocolo arquidiocesano de actuación ante la sospecha o descubrimiento de abusos sexuales".

La abogada y licenciada en Derecho Canónico María Inés Franck, integrante de la Comisión Arquidiocesana para la Protección de los Menores de Paraná, dijo que “es una norma de protección para todos”.

“Nos dicen mucho que es exagerado, pero preferimos exagerar un poco”, sostuvo Franck a Cadena 3.

“Las personas que estén en contacto con menores tienen que tener algunos principios a la hora de acercarse a ellos y un absoluto respeto por la intimidad de los chicos”, indicó.

Nos dicen que es exagerado, pero preferimos exagerar un poco

“Es una decisión del Arzobispado de Paraná, no sé si ha hecho consultas puntuales, además rige para Paraná únicamente”, concluyó.

El abogado Pablo Follonier, también miembro de la Comisión, indicó a Cadena 3, por su parte, que el fin es "elaborar políticas para proteger del mayor modo posible a menores relacionados a la Iglesia", y puntualizó: "Esto es en parroquias, colegios y actividades dentro del ámbito eclesial".

Asimismo, precisó que se realizó un sistema de capacitaciones a unas 3 mil personas para detectar casos de abuso, y remarcó que no es sólo para sacerdotes, sino que "todo adulto que trabaja con menores o adultos vulnerables tiene que cumplir este estándar". 

"Los casos de abusos que tuvimos fueron una motivación. El tema está presente en toda la sociedad, y como Iglesia tenemos una serie de instituciones, escuelas y lugares, y la idea es poner nuestro lugar al servicio para la protección del menor", sostuvo.

Ambos documentos fueron comentados por Puiggari durante la celebración religiosa de Semana Santa.

Los documentos

Los textos serán "de cumplimiento obligatorio para todos los adultos que se desempeñen con menores en los espacios arquidiocesanos", lo que incluye a clérigos, religiosos y laicos.

Asimismo, prohíbe los "castigos físicos o el uso de lenguaje humillante o degradante"; "realizar cualquier insinuación, comentario o chiste sexual"; "poseer o exhibir cualquier material sexual o pornográfico" y "consumir alcohol o drogas".

También determina la prohibición de "involucrarse en conductas sexuales secretas o manifiestas con menores o adultos vulnerables"; "ejercer extrema prudencia en los medios audiovisuales que se utilicen" y evitar "expresiones de afecto exageradas".

"Se prohíbe dar o recibir regalos personales o desproporcionados"; "se debe evitar en todo momento el contacto físico" y "si es el menor o adulto vulnerable quien inicia gestos, la respuesta debe ser sobria, breve, apropiada y siempre en lugares públicos y delante de otras personas", advierte el documento.

Las "normas de comportamiento" también exigen que "un adulto nunca debe permanecer a solas ni recorrer largas distancias con un menor o adulto vulnerable" y prohíbe "reuniones en dormitorios o habitaciones privadas".

Además, prohíbe "exigir secreto o confidencialidad a los menores" y establece que las "comunicaciones virtuales" deberán ser siempre prudentes y responsables.

Respecto al protocolo de actuación frente a sospecha o descubrimiento de abusos sexuales, subraya que "todos tienen la responsabilidad de proteger a los menores o adultos vulnerables", y el protocolo alcanza también a "quienes trabajen en ámbitos eclesiales".

Si es el mismo menor o adulto vulnerable que alega los hechos, "deberá escucharlo sin interrogarlo ni emitir juicios, agradecerle su confianza y valentía y explicarle que la información será tratada con gran cuidado y discreción, tomando nota de lo conversado".

Establece asimismo que "se apartara al acusado de sus oficios", pero aclara que esto no implica la "admisión de culpabilidad" y que "las personas afectadas tendrán acceso a ayuda espiritual y/o psicológica.

Entrevistas de Miguel Clariá y Fernando Genesir