Y Trump pateó el establo

Puntualizaciones de urgencia que resumen lo leído, visto y oído en Europa cuando la victoria de Trump acaba de salir del horno:

Ganó un misógino, perdió una mujer: se esperaba el siguiente paso evolutivo, tras el primer presidente negro, llegaría el turno del cambio de género. Un muro que aún tardará en caer.

-Impredecible. Esa es la palabra con la que se ha calificado a Trump desde su salto a la arena política. Adjetivo que sigue y seguirá en vigor al menos hasta conocer sus primeros pasos como 45º presidente de los EE.UU. Si persiste en su estilo zafio y excluyente nos deparará grandes titulares, pero será extraño que pueda ser un presidente útil a su país. Y esa es la principal función que la sociedad estadounidense adjudica a su primer mandatario.

- Un Outsider en el establo. Siempre me ha llamado la atención la similitud de ambas palabras: establishment / establo. Idiosincrasia, formas y maneras aplicadas por un grupo establecido dentro de unos límites determinados y con cierto aislamiento del exterior. Ahora alguien de fuera ha roto la verja y llega con suficiente poder como para cuestionar esas reglas y propiciar un cambio. ¿Lo logrará?

-El elefante barritará más suave. Es más un expresión de deseos que una constatación empírica. En los círculos políticos europeos se cree, más bien se desea angustiosamente, que el Trump del despacho oval sea más moderado que el de esta larga y sucia campaña electoral. Los vectores de poder que comprimen a la Casa Blanca son muy fuertes y nadie ha podido escapar de ellos. Tampoco podrá Trump. (¿Tampoco?)

-Turbulencias en la OTAN. El magnate devenido en presidente ha prometido revisar la aportación económica de EEUU a la Alianza del Atlántico Norte como así también el papel de “guardián universal” de su país. Hasta qué punto los socios europeos podrán enfriar los ímpetus del nuevo presidente será uno de los grandes enigmas de los próximos meses.

-El TTIP, otro acuerdo en el alambre. El Acuerdo de Libre Comercio "es un texto enorme de 5600 páginas que nadie entiende y que jamás debería permitirse”, dijo Trump hace pocas semanas. Atentos.

-El binomio Brexit–Trump, ¿Una nueva etapa en Occidente?. 2016 se recordará como el año de dos grandes e inesperados resultados electorales que por separado están llamados a cambiar profundamente el panorama europeo y norteamericano. Pero dada la estrecha vinculación entre ambos bloques continentales seguramente se registrarán sinergias que cambiarán el rumbo conocido hasta ahora. Pronosticar la dirección de dicho rumbo es más una tarea de pitonisos que de sociólogos y de analistas políticos.

-Desconcierto ideológico global: Trump es tan inclasificable en el tablero ideológico actual que tiene el curioso mérito de desconcertar e inquietar a todo el abanico del fundamento político: hacia la derecha y hacia la izquierda, desde los extremos hasta los moderados. Y esa indefinición podría derivar en curiosos compañeros de viaje del futuro habitante de la Casa Blanca. Entre los nebulosos principios políticos con los que se mueve Trump y su pragmatismo empresarial habría lugar para coincidencias inéditas. Hagan Uds. sus propias cábalas, que por más disparatadas que parezcan pueden hacerse realidad.