Internacionales

Víctimas del mismo horror

14/11/2015 | 09:53

Los atentados que acaban de sacudir nuevamente a la capital francesa enlazan dramáticamente a quienes huyen del horror y a quienes lo sufren en su modalidad de importación.

Refugiados y parisinos son víctimas de una misma barbarie que la estrategia terrorista se empeña en vincular, como una asociación sangrienta en donde se mezclan el fanatismo, la pobreza y la explotación por un lado y uno de los iconos de la cultura universal como es la capital francesa, por el otro.

Con esta masacre, vuelven a la superficie los análisis que desde hace años bucean en las causas de este conflicto. Algunos apuntan a una guerra de civilizaciones, otros a un encadenamiento de agresiones de las fuerzas occidentales y una posterior respuesta vengativa de los países agredidos.

Se difunden hipótesis sobre la participación de países miembros de la OTAN en la creación deliberada de Daesh (acrónimo árabe del Estado Islámico) para reemplazar al vetusto “Eje del Mal” como el enemigo necesario, aquel que justificaría una situación bélica permanente.

Desarrollando la idea, se trataría de crear en la sociedad occidental un estado de miedo permanente que sería aprovechado para recortar libertades individuales y colectivas.

“La necesidad de seguridad que siente la población hará que se acepten dichos recortes y violaciones”, afirma el científico social español José María Tortosa.

Y en medio de un estado de zozobra que crece cada vez que un atentado terrorista golpea en algún lugar del Occidente desarrollado, crece la fertilidad para sospechar del diferente y estigmatizar a quien piensa distinto.

Así viviremos en los días posteriores a un nuevo zarpazo de esta minoría fanática.

Y posiblemente nos resultará muy difícil identificarnos con refugiados que vienen de tan lejos escapando de las atrocidades permanentes que cada tanto estallan también en nuestras calles.

Aunque cueste aceptarlo, estamos en la misma barca, los refugiados y nosotros, acosados por un mismo flagelo.