Internacionales

¿Podrá Podemos?

30/12/2014 | 10:10

Los eneros heredan de los diciembres los resúmenes del año que se va y los pronósticos del nuevo ciclo anual.

Para Europa en clave continental, 2015 nos augura el mantenimiento de la pesada burocracia enquistada en Bruselas, cada vez más alejada de la ciudadanía, siempre apegada a los poderes corporativos.

Otro dinamismo parece aguardar a los españoles, aunque para ello mucho tendrá que ver el compromiso electoral de una sociedad hastiada de la crisis y asqueada por la corrupción, que en un alto porcentaje ha dejado de lado la militancia callejera que abrió el 15M para esperar a plasmar en las urnas los deseos de regeneración moral y de cambios profundos en las políticas sociales y económicas.

Se vienen fechas cruciales. Dentro de medio año habrá elecciones municipales y autonómicas (algo parecido a las provinciales de Argentina), y allá por noviembre, se elegirá nuevo presidente del gobierno. En esos sufragios se podrá comprobar si la sorprendente irrupción de Podemos es capaz de dejar para la historia a la alternancia pendular en el poder que protagonizaron en los últimos 30 años la derecha del Partido Popular y la –últimamente confusa y descafeinada– izquierda del Partido Socialista.

Sin embargo, acabar con el bipartidismo no sería la contribución más destacada de Podemos. La formación, que podría asimilarse a una socialdemocracia, pero más combativa y transformadora que sus primos nórdicos, nacida en las salas de profesores de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, ha consolidado nuevas formas de relación entre los ciudadanos. Más abiertas, horizontales, con mecanismos de consulta permanente y al abrigo de las nuevas tecnologías como soporte de una participación, se pretende insuflar aires de renovación, en contraste a los ambientes enclaustrados de los partidos tradicionales.

Ahora bien, ¿qué pasará con Podemos si, como auguran las encuestas, se ve llamado a “tocar poder”, tanto en la gestión municipal y provincial como a nivel nacional ?. ¿ Serán capaces sus dirigentes de mantener la audacia de sus propuestas, la frescura de sus discursos y el compromiso de no convertirse en la “casta política” que tanto critican ahora, desde la vereda de enfrente?.

Uno de cada tres potenciales votantes españoles creen en esta opción y sostienen a las encuestas que mes a mes ubican a Podemos cabeza a cabeza con el PP y el PSOE, incluso con casos tan curiosos como el de Navarra, donde esta nueva agrupación es la primera fuerza en intención de voto cuando en esa Comunidad no tiene estructura ni dirigentes visibles.

Desde la incómoda coincidencia de ser los países europeos donde la crisis ha sido más devastadora, España con Podemos y Grecia con Syriza, son ejemplos de alternativas que desde las burocráticas poltronas europeas se califican de populistas, pero que importantes sectores sociales han recibido como la única contestación democrática posible a políticas que amenazan el estado de bienestar, santo y seña de la identidad del viejo continente desde hace más de medio siglo.