Internacionales
28/11/2015 | 11:59
El cambio de ciclo que se abre en la vida de los argentinos a partir de los resultados electorales apenas ha incidido en las prioridades que hoy desvelan a la sociedad europea, sacudida por el terrorismo, agobiada por la marea de refugiados, inquieta por su futuro como unión de naciones, y en casos concretos como España y Francia, metidas de lleno en inminentes elecciones.
Aun así, una ronda de consultas de urgencia nos ha permitido elaborar una primera aproximación a las expectativas que genera el nuevo inquilino de la Casa Rosada.
Empezando por España, principal e histórico aliado, se puede afirmar que los dos principales partidos políticos han recibido con satisfacción el resultado de las elecciones australes. En un sitio más que en otro.
En el Partido Popular, el portavoz para Asuntos Iberoamericanos en el Senado, Dionisio García Carnero, destacó a Cadena 3 los paralelismos ideológicos y de enfoques económicos entre lo que ha aplicado el gobierno español y los enunciados de Cambiemos. Reconoció que entre Rajoy y Cristina hubo una relación fría, aunque admitió que ello no tuvo gran influencia en la actividad diplomática bilateral, que tildó de “correcta”, y en los intercambios comerciales y culturales que siguieron su evolución ascendente.
En un reciente encuentro con corresponsales extranjeros, el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno evaluó la llegada de Macri al poder como una saludable alternancia institucional propio de las democracias consolidadas. Yendo más allá, Pedro Sánchez calificó de “contundente” el mensaje que el presidente electo envió al Mercosur para sancionar a Venezuela por el acoso a la oposición.
En Ciudadanos, nuevo partido del centro derecha, Macri genera mayores expectativas positivas que en Podemos, la gran revelación surgida de los movimientos sociales de izquierda, que simpatiza con las acciones y postulados del kirchnerismo, aunque marcando distancias con los casos de corrupción que lo rodean.
En el ámbito empresarial hay una euforia contenida, a la espera de las primeras decisiones que tome el nuevo primer mandatario argentino relacionadas fundamentalmente con la seguridad jurídica que se otorgue a las inversiones extranjeras, inquietud que comparten el resto de compañías y gobiernos europeos que con intereses en Argentina.
Valga como ejemplo que la Unión Europea se ha mostrado abierta a negociar un tratado de libre comercio (TLC) con el Mercosur si Argentina mejora su oferta, opción que parece ahora muy cercana, toda vez que hay acuerdo con los demás socios latinoamericanos.
La diplomacia europea espera que las relaciones recuperen cierta normalidad institucional, tras casi una década donde los encuentros personales entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y sus pares del viejo continente fueron fugaces, escasos y distantes, según fuentes consultadas. Ya hay agendas abiertas dispuestas a marcar los primeros destinos (¿El Vaticano y España?) que abarcará Macri en su primera visita a Europa, que con toda probabilidad será en 2016.