Insólito asalto en Unquillo: no tenía plata y el ladrón lo obligó a transferirle

En la localidad de Unquillo, un joven de 18 años vivió un episodio de violencia que expone una nueva y audaz modalidad delictiva: el robo mediante transferencia bancaria. 

El adolescente, que se dirigía al colegio alrededor de las 15.30, fue abordado por un delincuente armado con un cuchillo, quien emergió de un sector de monte cercano. 

Al no encontrar dinero en efectivo, el asaltante exigió que la víctima le transfiriera dinero desde su celular, obligándolo a realizar la operación bajo amenaza. 

Pamela, la madre del joven, relató el hecho con indignación: “Me quedé plasmada cuando mi hijo me llamó y me dijo: ‘Mamá, me acaban de asaltar’. Le pregunté qué le robaron, porque lo primero que pensás es el celular o la mochila, pero no, esta persona le pidió que le transfiriera plata”. 

El ladrón, según el relato, llevó al chico más adentro del monte, lo hizo tirarse al piso y le dictó los datos de una cuenta –perteneciente a una mujer cómplice– para concretar la transferencia, todo mientras lo amenazaba con el cuchillo en el abdomen.

La impunidad con la que operó el delincuente, dejando rastros digitales como el alias de la cuenta y datos personales, sorprende aún más ante la falta de avances en la investigación. 

Pamela, visiblemente frustrada, denunció la inacción de las autoridades: “Tenemos videos, fotos, datos personales de una persona cómplice, y aún así no los detienen. Se manejan con una libertad, confiando en que la policía no llega a resolver”. 

A pesar de que la familia aportó capturas de pantalla de la transferencia y rastreó a la destinataria en redes sociales, la percepción en Unquillo es de abandono: “Sentimos un desamparo total, no solo por la inseguridad, sino por la falta de iluminación, cámaras y mantenimiento del territorio, que facilita a estos delincuentes”, afirmó Pamela. 

La policía, según su relato, se mostró sorprendida por esta modalidad, pero la ausencia de detenidos refuerza la sensación de impunidad en una comunidad que, a pesar de su entorno verde y apacible, enfrenta una delincuencia cada vez más osada y tecnológicamente adaptada.