El acuerdo Mercosur-UE, trabado por la interna europea y la presión geopolítica

La negociación entre el Mercosur y la Unión Europea atraviesa una nueva etapa de parálisis, atravesada por conflictos internos en el bloque europeo y por un escenario geopolítico cada vez más complejo. Así lo analizó Gustavo Scarpetta, especialista en comercio exterior y en el acuerdo birregional, al referirse al freno que tuvo el proceso mientras se espera una definición hacia el 20 de diciembre.

Ante la consulta sobre los motivos que explican la demora, Scarpetta señaló en Cadena 3 que el impacto del sector agrícola del Mercosur es un factor central, al que definió como una “estrella casi a nivel mundial”. Sin embargo, aclaró que el problema europeo no se reduce a las protestas de agricultores y ganaderos. “Europa está atrapada sin salida”, afirmó, al describir un contexto atravesado por la política arancelaria de Estados Unidos y por el “avance imparable del capitalismo chino”.

En ese marco, el analista advirtió que la Unión Europea se encuentra obligada a repensar su estrategia comercial. “Es la región que menos creció en los últimos cinco años y tiene pronósticos de menor crecimiento para los próximos dos”, explicó. Según detalló, China le ganó mercados en el sector tecnológico y Estados Unidos en los servicios, lo que dejó a Europa “sin fuerza adentro y sin poder exportar más”.

Scarpetta remarcó que esta situación explica por qué países como Alemania impulsan con fuerza el acuerdo con el Mercosur. “Ven en Brasil, principalmente, un mercado donde todavía no venden lo suficiente y que les permitiría mejorar sus niveles de crecimiento”, indicó.

Consultado sobre el frente interno sudamericano y el ruido político generado en las últimas semanas, el especialista reconoció que algunos gestos del presidente argentino Javier Milei hacia Brasil “no ayudaron mucho” en este momento de la negociación. No obstante, subrayó que, más allá de las diferencias ideológicas, Milei y el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva están alineados en el objetivo de avanzar con el acuerdo.

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Desde la perspectiva del Mercosur, Scarpetta sostuvo que el tratado representa una oportunidad de dar un “salto” económico. “Ya le exportamos materia prima a Europa. El objetivo es empezar a vender productos con mayor valor agregado”, explicó, y ejemplificó con los altos aranceles que hoy impone la UE, como el casi 13% que paga el jugo de fruta procesado.

El analista afirmó además que los cuatro países del bloque están hoy a favor de una mayor apertura. Señaló que Uruguay y Paraguay tienen una postura clara de inserción internacional, que Milei impulsa esa agenda desde Argentina y que Lula siempre consideró el acuerdo como una oportunidad estratégica. En ese sentido, advirtió que América Latina está “bloqueada en materia de comercio” y participa cada vez menos del intercambio global.

Al analizar el peso específico de cada país, Scarpetta destacó que el 80% de las exportaciones del Mercosur hacia la Unión Europea corresponden a Brasil, mientras que Argentina aporta cerca del 12%. “Lula es el gran interesado de este acuerdo”, sintetizó.

Finalmente, se refirió a la resistencia dentro de Europa, con Francia, Polonia y Hungría como los principales opositores, y mencionó el giro de Italia, que pasó a una postura más ambigua. Según explicó, Italia podría ser clave en una votación decisiva prevista para el 19 de diciembre, aunque reconoció las dificultades que plantea la posición de la primera ministra Giorgia Meloni, quien expresó un “sí, pero no” alineado con las preocupaciones del sector agrícola.

Pese a que no hay una fecha firme para la firma del acuerdo, Scarpetta consideró que el entendimiento sigue siendo fundamental para la estrategia global tanto del Mercosur como de la Unión Europea, en un escenario internacional marcado por la competencia y la necesidad de nuevos mercados.

Entrevista de Miguel Clariá.