Chernobyl flotante: Rusia, al Ártico con plataforma nuclear

Temor a un desastre

Chernobyl flotante: Rusia, al Ártico con plataforma nuclear

07/08/2019 | 07:54 |

Greenpeace describió el proyecto como un "Titanic nuclear" y un "Chernobyl sobre hielo", en medio de la atención mundial por la popular miniserie 'Chernobyl' de HBO.

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Rusia se prepara para enviar su primera planta nuclear flotante en un viaje de 5.000 kilómetros para suministrar electricidad a una región remota rica en recursos, lo que generó una inevitable comparación con desastres nucleares del pasado y preocupaciones sobre sus planes de vender esta tecnología a otros países.

A medida que el cambio climático acelera el derretimiento del hielo del Ártico, Rusia ha trabajado para capitalizar las nuevas rutas comerciales abiertas y establecer una fuerte presencia militar en la región, ampliando su gama de rompehielos nucleares y submarinos, entre otras tecnologías. Es por este motivo que Greenpeace ha llamado a la planta flotante de la compañía nuclear estatal Rosatom, la Akademik Lomonosov, el "Titanic nuclear" o el "Chernobyl flotante", publica The Moscow Times.

El Akademik Lomonosov será remolcado este mes desde el noroeste de Rusia hasta el Lejano Oriente del Ártico, a 86 kilómetros de la costa de Alaska, con el fin de que inicie sus operaciones el próximo año.

La preocupación de Greenpeace

Ambientalistas han esbozado varios escenarios en los que este "Chernobyl flotante" podría verse comprometido, mientras que Rusia pregona la seguridad de su buque, según afirmaron reporteros británicos invitados a bordo de la embarcación.

"Nosotros nos acercamos al barco para demostrar que si podemos navegar hacia él, los terroristas también pueden hacerlo", afirmó a The Daily Telegraph Konstantin Fomin, activista de Greenpeace.

"Ese objeto no puede ser completamente hermético", agregó Andréi Zolotkov, un veterano de 35 años de la compañía rusa de rompehielos nucleares Rosatomflot, y actual miembro de la Fundación Bellona, una ONG noruega que trabaja en temas de desechos nucleares del Ártico.

Por el lado de Rusia aseguran que la plataforma flotante es prácticamente indestructible y que está protegida contra el sobrecalentamiento, los tsunamis y las intrusiones. "Durante los trabajos de diseño del buque se tuvieron en cuenta varios aspectos, incluido el impacto de condiciones naturales como los tsunamis. No hay dudas de que es seguro", aseguró Dmitri Alekséenko, director adjunto del proyecto.

¿Argentina en los planes?

Otra cuestión que genera intranquilidad es el objetivo de Rusia de comerciar estas plataformas nucleares. "Nuestra verdadera preocupación es que quieren vender esta tecnología a países como Sudán", aseveró Anna Kireyeva, también de la Fundación
Bellona, a The Guardian. "¿Qué harán [esos países] con el combustible nuclear gastado? ¿Cómo reaccionarán en caso de emergencia?"

Asimismo, en el marco de la cumbre del G20 celebrado en 2018 en Argentina, el embajador ruso en Buenos Aires, Dmitri Feoktístov, señaló que se preveía firmar un documento sobre la cooperación en el sector nuclear entre ambos países, y que se debatía "la construcción de una central nuclear de menor capacidad y, probablemente, la construcción o venta a Argentina de una planta nuclear flotante similar a la Akademik Lomonósov".

Luego del encuentro bilateral entre Mauricio Macri y Vladímir Putin, el canciller Jorge Faurie ratificó la intención rusa y argumentó la negativa argentina al respecto. "Ellos han ofrecido en distintas oportunidades la posibilidad de una central nuclear. La situación argentina, económica y financiera, no permite prever proyectos de esta índole en el corto y mediano plazo", sentenció.

La planta nuclear flotante Akademik Lomonósov será ubicada en la ciudad septentrional de Pevek, donde sustituirá a una central eléctrica de carbón y a una antigua central nuclear que suministra electricidad a más de 50.000 personas en el distrito autónomo de Chukotka.

Se desconocen los costos de construcción del buque, aunque informes de diversos medios han estimado el precio en unos 450 millones de dólares.

Informe de Marcos Caligaris.