Cada vez hay más barcos chinos pescando en el límite del Mar Argentino

Durante diciembre se intensificó el arribo de buques pesqueros extranjeros al Atlántico Sur y se prevé que unas 400 embarcaciones se concentren en el límite de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de la Argentina. De ese total, alrededor de 360 unidades pertenecen a la flota de pesca distante de China, señalada desde hace años por su impacto sobre los recursos marinos de la región.

Ante este escenario, la Armada Argentina desarrolla la operación de vigilancia y control “Mare Nostrum VI”, destinada a monitorear el desplazamiento y la actividad de los pesqueros. Según informó la fuerza, en lo que va del mes ya se detectaron maniobras de pesca ilegal dentro de la ZEE.

Desde la Armada indicaron que en esta época del año se registra un incremento significativo de buques “provenientes principalmente del Indo-Pacífico y de las Islas Galápagos, atraídos por la zafra del calamar”. La temporada de mayor actividad se extiende desde diciembre de 2025 hasta mediados de 2026, con la presencia mayoritaria de embarcaciones de bandera china, aunque también de España, Portugal, Rusia y Vanuatu.

El pasado 4 de diciembre, el patrullero oceánico ARA Almirante Storni, en coordinación con una aeronave P-3 Orion de la Aviación Naval, detectó a un buque extranjero pescando dentro de aguas argentinas. La irregularidad fue notificada a la Subsecretaría de Pesca de la Nación para el inicio de las actuaciones correspondientes.

En paralelo, organizaciones ambientales denunciaron la realización de tareas de prospección no autorizadas por parte de embarcaciones chinas en la plataforma continental argentina. El pesquero Lu Qing Yuan Yu 205 fue señalado por efectuar maniobras lentas y rectilíneas frente a la provincia de Buenos Aires, compatibles con estudios biológicos y geológicos. Desde el Círculo de Políticas Ambientales, Milko Schvartzman advirtió que el buque ya había sido acusado de prácticas similares en enero de 2023.

Según especialistas, este tipo de mapeos puede tener distintos objetivos, como analizar la composición química del mar, identificar especies de interés comercial, explorar recursos genéticos marinos o estudiar el fondo de la plataforma continental.

A estas denuncias se suman informes sobre abusos laborales y violaciones a los derechos humanos. Una investigación de la Environmental Justice Foundation (EJF) reveló que entre 2019 y 2024 las horas de pesca de la flota china en la región aumentaron un 85%, pese a la caída en los desembarques. En 2023, la pesca ilegal de calamar representó el 12,2% de la captura mundial, con una presión en alta mar cuatro veces superior a la registrada en aguas argentinas reguladas.

El informe también incluyó testimonios de tripulantes indonesios y filipinos que denunciaron violencia, intimidación, jornadas laborales excesivas y descuentos salariales arbitrarios. Además, se documentaron ataques ilegales contra fauna vulnerable, como el aleteo de tiburones y la matanza de lobos marinos sudamericanos.

La concentración masiva de flotas extranjeras en el Atlántico Sur volvió a poner en evidencia las limitaciones de los mecanismos de control y la necesidad de reforzar la protección de los recursos marinos y la soberanía argentina.