Adicciones: alerta por el aumento sostenido del consumo en personas vulnerables

La situación de calle en Rosario se agrava por la crisis económica y social que se entrelaza con el aumento del consumo de sustancias. 

Mariana Mena, coordinadora del Refugio Madre Teresa Lourdes, una asociación civil que asiste a personas en situación de vulnerabilidad, alertó en diálogo con Cadena 3 sobre la magnitud del problema: "El 80% de las personas que recibimos tienen consumos problemáticos, principalmente de drogas o alcohol".

Mena, ingeniera de profesión y quien coordina el refugio junto a una abogada, explicó que la mayoría de los asistidos comenzaron a consumir entre los 11 y 12 años, iniciándose con marihuana y pasando a cocaína a los 14. "Muchos vienen de familias con historias de consumo o violencia. Hay casos de padres presos o abuelos golpeadores y alcohólicos. Es un problema estructural que se arrastra por generaciones", señaló.

El refugio, que nació como una iniciativa eclesial y creció hasta convertirse en una asociación civil, enfrenta un panorama complejo. Según Mena, la pobreza estructural –la sensación de "nacer pobre, vivir pobre y morir pobre"– se combina con el impacto de la crisis económica, que empuja a más familias a la calle. "No es solo el consumo. Una persona con adicciones, pero con medios económicos, no termina en situación de calle. Lo económico agrava todo", afirmó.

La coordinadora destacó el aumento exponencial del consumo de pastillas durante la pandemia, lo que generó una "generación en situación de calle" vinculada al delito. "El consumo de cocaína fumada, similar al paco o crack, está muy asociado al delito. Muchos cometen actos sin saber qué hicieron, por el efecto de las pastillas", explicó Mena. En Rosario, donde no hay laboratorios de paco según su testimonio, esta droga improvisada agrava la problemática.

El Refugio Madre Teresa Lourdes opera con un equipo de voluntarios que no reciben becas ni planes, y los asistidos acuden por voluntad propia. "No creemos en las becas ni los planes. La gente viene porque quiere", subrayó Mena. 

La organización recibe apoyo de la Municipalidad de Rosario con alimentos, del Colegio Médico local y de la Universidad Nacional de Rosario, que ofrece cursos. Sin embargo, los recursos son insuficientes. "Rosario mejoró un 300% en la apertura de refugios. Hoy hay tres que operan los 365 días, pero siempre están llenos", lamentó.

Mena también abordó las dinámicas internas del refugio, donde enfrentan situaciones de violencia entre los asistidos, como peleas o discusiones, pero destacó que no hay agresiones significativas hacia las mujeres que trabajan allí. "La población en situación de calle tiene un respeto especial hacia nosotras, quizás porque ven en nosotras una figura materna. Nunca sentí peligro", aseguró, atribuyendo su capacidad para manejar estas situaciones a un "carisma" personal y al compromiso del equipo.

El panorama es desolador, pero Mena insiste en la necesidad de abordar la pobreza estructural y el consumo de sustancias como problemas interconectados. "Hay familias que caen por la crisis económica, pero también por las adicciones. Es una combinación letal", afirmó. 

"Estamos viendo esta crisis en Rosario, en Córdoba, en todo el país. Necesitamos soluciones integrales para no seguir dejando gente en la calle", concluyó.

Entrevista de Miguel Clariá.