Argentina, más cara en dólares: el impacto de impuestos, apertura y empleo

Un informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) volvió a poner en discusión si la Argentina es un país caro o barato en dólares. En diálogo con Radioinforme3 por Cadena 3 Rosario, el economista jefe de la entidad, Marcelo Capello, explicó que el país sigue siendo caro en bienes durables como electrónicos, autos, ropa y calzado, aunque mostró algunas señales de corrección en los últimos meses a partir de la baja de impuestos y aranceles.

Capello detalló que la comparación se realizó sobre diez productos en diez países, medidos en dólares, y que en el 80% de los casos Argentina resultó más cara que el promedio internacional. “Un auto que en Argentina cuesta 30.000 dólares, en Chile se consigue a 20.000”, ejemplificó. Incluso, en tres productos —una freidora de aire, un vestido de mujer y zapatillas deportivas— el precio local fue el más alto del relevamiento.

El economista explicó que esta diferencia se explica principalmente por la presión impositiva y la protección comercial. “Cuando un producto es mucho más caro en Argentina que en otros países es porque el Estado mete mano con impuestos altos o aranceles elevados”, señaló, y agregó que, en condiciones normales, los precios deberían tender a igualarse entre países para bienes que se comercian internacionalmente.

Según el informe, la situación comenzó a mejorar respecto de meses anteriores, cuando Argentina era más cara en el 90% de las comparaciones. Capello atribuyó esta baja al recorte de algunos aranceles y de impuestos internos, y anticipó que podría haber más cambios, especialmente en el sector automotor, con la posible reducción de impuestos a los autos caros y la mayor llegada de vehículos importados, incluidos los de origen chino.

No obstante, el economista advirtió que una mayor apertura comercial tiene costos. “Bajar la protección implica abaratar los productos, pero también se van a perder empleos”, sostuvo. Muchos sectores industriales producen gracias a la protección frente a la competencia externa, y una apertura más rápida que la reducción de impuestos internos y cargas laborales podría profundizar la pérdida de puestos de trabajo.

En ese sentido, Capello coincidió con el reclamo de los industriales de “nivelar la cancha”: avanzar en la apertura comercial al mismo tiempo que se reducen impuestos como Ingresos Brutos y se reforman normas laborales. “Si se va muy rápido con la apertura y no se corrigen las desventajas para producir en Argentina, se van a perder más empleos de lo razonable”, advirtió.

Respecto del poder adquisitivo, el economista recordó que los salarios reales vienen cayendo desde 2018. “El salario formal privado está cerca de un 30% por debajo de 2017”, indicó. Si bien en comparación con noviembre de 2023 algunos ingresos se mantuvieron estables, la caída de largo plazo explica la sensación generalizada de que “cuesta llegar a fin de mes”.

De cara a 2026 y los próximos años, Capello alertó sobre un posible escenario de “enfermedad holandesa”, impulsado por el crecimiento de sectores como energía, minería y agroindustria. Si bien estos rubros pueden hacer crecer el PBI, generan menos empleo que la industria tradicional. “Vamos a necesitar políticas de reconversión laboral, sobre todo en grandes aglomerados urbanos como el Gran Rosario”, concluyó, al advertir que el desafío será combinar crecimiento con empleo sostenible.

Entrevista de Hernán Funes.